AGUAS REFRESCANTES 15 de NOVIEMBRE
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Mateo 5: 16.
La vida divina implantada en nosotros, tan extraña al mundo que la rodea, es una fuente de luz diseñada por Dios para iluminar el verdadero carácter del mundo. Lo hace enfatizando por contraste la oscuridad inherente del mundo. De esto surge con claridad que el separamos del mundo de hoy, y así privarle de la única luz, no es la forma de glorificar a Dios. Sólo frustra su propósito de servir a la humanidad por medio nuestro.
Para emplear otro símil, la Iglesia es una espina en el costado del adversario de Dios, una fuente de cons¬tante perturbación para él. Le causamos un montón de trastornos a Satanás por el solo hecho de estar en el mundo. ¿Por qué, entonces, dejarlo? La Iglesia glorifica a Dios, no por salir del mundo, sino por irradiar su luz en él. El cielo no es el lugar para glorificar a Dios sino para alabarle. El lugar para glorificarle es aquí, en el mundo.
W. Nee
Jesús es el Señor!
La iglesia en Armenia