Aguas refrescantes 14 de diciembre
“Pida con fe, no dudando nada”. Santiago 1:6.
Una vez un amigo mío tenía urgente necesidad de obtener ciento cincuenta dólares. En aquella época vivíamos en una aldea ribereña y las lanchas no hacían el servicio días sábado y domingo. Ya era sábado y necesitaba dinero para el día lunes. Oró a Dios y sintió seguridad que el dinero llegaría el lunes. Al salir a predicar el Evangelio se encontró con la persona que limpiaba los vidrios de su casa, quien le recordó que le debía un dólar por trabajo efectuado. De manera que le pagó, y se quedó tan sólo un dólar en el bolsillo. Un poco más adelante se encontró con un mendigo quien le pidió una limosna. El último dolar que le quedaba le parecía muy precioso, pero sintió se lo debía dar al mendigo.
Al salir el dólar de su bolsillo el Señor entró. Se sintio muy feliz sin tener en qué o en quién confiar, sino sólo en Dios. Volvió a su casa y durmió en forma muy apacible. El domingo estuvo muy ocupado como siempre en el servicio de Dios. Llegó el lunes y le llegaron los ciento cincuenta dólares por vía telegráfica, a pesar de ser éste un medio muy costoso para transferir dinero. Quizás Dios no llegue temprano pero nunca llega tarde. Siempre esta perfectamente a horario.
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¿En Adán o en Cristo?
Romanos 1:17 “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: “Más el justo por la fe tendrá vida y vivirá”.
1 Corintios 15:22 “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”.
La Biblia nos muestra que la vida de un cristiano es una vida de fe. “Mas el justo por la fe tendrá vida y vivirá”. El justo recibe la vida por la fe; ésta es la experiencia inicial. El justo también vive por la fe; ésta es la experiencia continua.
Tenemos dos mundos delante de nosotros. Uno es el mundo físico, y el otro es el mundo espiritual. Cuando ejercitamos nuestros órganos físicos, vivimos en el mundo físico, pero cuando ejercitamos nuestra fe, vivimos en el mundo espiritual. Cuando ejercitamos nuestros ojos para mirarnos a nosotros mismos, vemos que todavía somos pecadores; seguimos siendo impuros, orgullosos y no somos mejores que ninguna otra persona. Pero cuando ejercemos la fe para vernos en Cristo, vemos que nuestro mal genio y nuestra contumacia han desaparecido. Todo se ha desvanecido. Existen dos mundos en la actualidad, y todos los días tenemos que escoger entre ellos.
Si vivimos según los sentidos de nuestros órganos físicos, en el mundo físico, le daremos sustantividad al mundo físico; pero si vivimos por la fe en el mundo espiritual, daremos sustantividad al mundo espiritual. En otras palabras, cuando usamos nuestros sentidos, vivimos en Adán; pero cuando ejercemos nuestra fe, inmediatamente vivimos en Cristo. Siempre estamos en medio de estas dos cosas. Cuando vivimos por nuestros sentidos, vivimos en Adán; y cuando vivimos por la fe, vivimos en Cristo. Cuando vivimos en Cristo, todo lo que está en Él será nuestra experiencia.
Los versículos del Nuevo Testamento son tomados de la Versión Recobro del Nuevo Testamento. Los versículos del Antiguo Testamento son tomados de la versión Reina Valera 1960. "Palabras del ministerio" proviene de La vida que vence, escrito por Watchman Nee, pág. 151. Ambos son publicados por Living Stream Ministry, Anaheim, CA.
W. Nee
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