Aguas refrescantes 19 de diciembre
“Limpiémonos de toda contaminación de carne y espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. 2 Corintios 7:1.
Siempre tenemos necesidad de que Dios limpie nuestros espíritus. Como hijos suyos con frecuencia nos vemos enfrentados con la cruz de Cristo, y esto nunca es en vano. Cada vez que tomamos conciencia de un nuevo defecto en nosotros y lo reconocemos, a veces con mucho dolor, somos limpiados una vez más y nuestros espíritus son purificados.
Si el Espíritu del Señor rechazara a cada hombre que tiene un defecto la cosa sería mucho más sencilla. Sería fácil trazar una línea entre lo que es de la carne, y lo que es del Espíritu. El problema se complica porque Dios no siempre nos rechaza de inmediato, aun cuando nuestro espíritu no es puro y la carne está muy activa. El nos utiliza a pesar de esto, y en la próxima oportunidad nos lo hace ver y nos conduce a la cruz donde hallamos el remedio. A pesar de que el Señor nos utiliza, pongamos cuidado de no perder de vista nuestra impureza. Cuanto más nos usa el Señor, mayor disposición debe haber en nosotros para someternos voluntariamente a su obra purificadora.
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La fe es la única condición para la salvación
Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él”.
Hechos 16:31 “Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y tu casa”.
Todos aquellos que leen la Biblia saben que la condición para la salvación es la fe. No existe otra condición excepto la fe. Debido a que el hombre cayó y es corrupto, sus pensamientos son perversos, y su carne pertenece a la ley, él piensa que debe hacer algo antes de que pueda ser salvo. Pero, la Biblia nos muestra que la única condición para nuestra salvación es la fe. Aparte de la fe no existe otra condición. El Nuevo Testamento nos dice claramente por lo menos ciento quince veces que cuando el hombre cree, es salvo, tiene vida eterna y es justificado. Además de estas ciento quince veces, la Biblia dice que el hombre es justificado por la fe, o que llega a ser justo por medio de la fe, otras treinta y cinco veces.
El verbo creer se usa ciento quince veces. Una vez que el hombre cree, es salvo. Una vez que el hombre cree, tiene vida eterna. Una vez que el hombre cree, es justificado. Además de estos versículos, se usa el sustantivo fe treinta y cinco veces. El hombre es salvo por medio de la fe. Recibe vida eterna por medio de la fe y es justificado por fe. Por lo tanto, en todo el Nuevo Testamento, por lo menos ciento cincuenta veces dice que el hombre es salvo, justificado y tiene vida eterna solamente por medio de la fe. No es un asunto de quién es uno o qué hace uno o qué puede uno hacer. Todo depende de que si cree. Todo depende de la fe.
W. Nee
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