Aguas refrescantes 26 de diciembre
La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensa¬mientos en Cristo Jesús. Filipenses 4: 7.
"La paz de Dios" no, es tan sólo una cierta paz que Dios derrama sobre nosotros. Es la propia paz de Dios, la misma que forma parte de su naturaleza. Su paz es una paz que nada puede perturbar. Cuando creó los ángeles, y cuando la rebelión se desató en sus filas con todos sus efectos maliciosos en su universo, ésta, a pesar de toda su calamidad, no pudo estorbar la paz de Dios. El procedió a realizar el deseo de su corazón reparando el daño causado a la tierra, y creando otro orden de seres -el hombre.
El hombre también cayó, pero sin embargo, Dios permaneció imperturbable. Hubiéramos pensado que actuaría de inmediato para reparar el daño, pero no fue así. Dios aguardaría al "cumplimiento de los tiempos" antes de enviar a su Hijo para recuperar el terreno perdido. Una espera de miles de años no creó tensiones a su paz.
Dios promete que una paz de esta .calidad guardará los corazones y pensamientos de aquellos que cumplen con la condición de encomendar todo a El en oración.
Hay que terminar nuestra relación con el mundo
Hechos 2:38 “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
Es extraño que el énfasis dado por el apóstol [en Hechos 2:38] no sea la fe, sino el bautismo... [Pedro] habló del bautismo, y el corazón de los que escuchaban fue compungido por el Espíritu Santo.
Pedro habló sólo acerca del bautismo porque quienes lo escuchaban eran los que habían dado muerte al Señor Jesús. Cincuenta días antes, ellos clamaban: "¡Fuera con éste!" Ellos eran las mismas personas que gritaban en Jerusalén. Ahora debían separarse del resto de los judíos. Esta es la razón por la cual no era necesario hablarles acerca de creer. Ellos solamente necesitaban ser bautizados. Con eso bastaba para que salieran. Tan pronto como fueran bautizados, su relación con esa entidad corporativa terminaría. Al ser bautizados, saldrían de esa entidad colectiva, y sus pecados serían lavados. Ya no serían parte de ella; estarían fuera de ella. El acto del bautismo los sacó.
Usted necesita darse cuenta de que originalmente estaba en el mundo y era enemigo de Dios. Ya que ha salido de allí, usted es salvo. Necesita confesar delante de Dios y delante de los hombres que ya salió del mundo y que no tiene nada que ver con esa colectividad. Usted ya le puso fin a eso. "Bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo".
W. Nee
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