APARTADO PARA EL EVANGELIO DE LA VIDA (semana 24)
Dones, ministerios y operaciones
Lunes --- Lectura bíblica 1 Co 12:4-6
Leer con oración: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios que hace todas las cosas en todos, es el mismo. (1 Co 12:4-6)
Los dones, los ministerios y las operaciones
El mensaje de esta semana trata de los dones, los ministerios y las operaciones. Los dones del versículo 4 son diversos y tiene relación con el Espíritu. También hay diversidad en los servicios, o ministerios, los cuales se refieren al Señor en el versículo 5. Finalmente, en el versículo 6, tenemos la diversidad de operaciones, que están relacionados con el Dios Padre, que hace todas las cosas en todos.
Si el Espíritu no le hubiera dado dones, usted no podría ejercitarlos, para que lleguen a ser ministerios. El Espíritu es el que nos da los dones y cuando usted los usa, Cristo viene como gracia. Entonces mientras mas ejercitamos los dones, mas gracia, mas Cristo recibimos, hasta que los dones llegan a ser ministerios.
No basta que usted tenga muchos dones. Tampoco los tiene para jactarse y decir: “Yo tengo este don”. Los dones deben ser usados para que Cristo crezca más en usted y sea constituido en su ser hasta que lleguen a ser ministerios, los cuales son para la obra del ministerio, la edificación del Cuerpo de Cristo.
Los ministerios son para las operaciones de Dios, que tienen como propósito suplir vida a las personas, a fin de que sean también perfeccionadas y lleguen a ser vencedoras.
El ejercicio de los dones, la obra del ministerio y las operaciones de Dios en la iglesia tiene una finalidad específica: que prediquemos el evangelio de la vida. Este evangelio tiene como objetivo prepararnos y además, preparar a los muchos hijos de Dios para que sean aptos para reinar con el Señor en el mundo venidero.
Punto Clave: Los dones y los ministerios son para las operaciones de Dios
Pregunta: ¿Ha desarrollado su don hasta que sea un ministerio?
Martes --- Lectura bíblica: Jn.20:31; 1 Co 1:2; 12:1-3
Leer con oración: “El Señor le dijo: Vé, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel” (Hch 9:15)
El don inicial: Invocar el nombre del Señor
Antes de mencionar los dones, los ministerios y las operaciones (1 Co 12:4-6), hay tres versículos muy importantes que los anteceden.
Estos versículos son los siguientes: “No quiero hermanos que ignoréis acerca de los dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo” (vs. 1-3)
Por ser adoradores de ídolos mudos antes de convertirse, los hermanos de Corinto eran mudos. Lo mismo sucedía con nosotros; pero cuando nos convertimos en cristianos, no podemos seguir siendo mudos. ¡Nuestro Dios es la Palabra! La Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios. No podemos quedarnos más con la boca cerrada como los adoradores de ídolos mudos. Usted que ya creyó en el Señor, que lo recibió, debe abrir la boca y decir: “¡Jesús es el Señor!”. Cuando usted diga: “¡Jesús es el Señor!” estará en el espíritu, será una persona espiritual.
Satanás ocultó esto durante mucho tiempo. Sin embargo, en varias oportunidades, esta práctica fue recobrada. Los doce apóstoles, en el día de Pentecostés, ayudaron a las personas a invocar el nombre del Señor, pero a partir del capítulo 8 del libro de los Hechos; no vemos más esta práctica en Jerusalén por parte de los apóstoles que permanecieron allí. Poco a poco, el guardar la Ley de Moisés y las tradiciones de los fariseos fueron tomando el lugar del nombre del Señor. Así, el ministerio de los apóstoles se fue desvaneciendo.
A pesar de eso, el Señor tenía que realizar Su voluntad. Al no encontrar un camino en aquel lugar, tuvo que abrir otro camino, y levantar a Pablo, el mayor perseguidor de los que invocaban el nombre del Señor, y fue él quien más promovió esta práctica entre los gentiles (Hch 9:15; 1 Co 1:2).
Entonces, desde la época de la iglesia en Pérgamo hasta este siglo, al final de la década del sesenta, se enfatizó poco en la necesidad de invocar el nombre del Señor. Muchos cristianos recobraron esta práctica, pero poco a poco también dejaron de hacerlo. Sin embargo, el Señor tuvo una especial misericordia de nosotros y nos mostró que debemos continuar invocando Su nombre para tener vida (Jn 20:31). Cuando invocamos el nombre del Señor, entramos en el espíritu y recibimos dones. Los dones llegan a ser ministerios, y los ministerios llegan a ser operaciones.
Por tanto, podemos decir que el don inicial es invocar el nombre del Señor. Con el ejercicio de este don, comenzamos también a hablar por Dios, porque Dios es la Palabra. Mientras más invocamos y hablamos la palabra de Dios, más gracia ganamos y mas la vida divina es constituida en nosotros. De esta manera pasamos a tener el ministerio de la palabra.
Si queremos seguir desempeñando los ministerios que recibimos, necesitamos permanecer invocando el nombre del Señor, con corazón puro, como se nos enseñó desde el principio ¡Gracias al Señor!
Punto Clave: Invocar el nombre del Señor, nos conduce a hablar Su palabra
Pregunta: ¿Logra ver la importancia de 1 Co 12:1-3?
Miércoles --- Lectura bíblica: Jn 6:63; 2 Co 3:17
Leer con oración: “El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el espíritu vivifica” (2 Co 3:6)
Invocar al Espíritu que da vida en la Palabra
Un problema muy común entre los cristianos es dar demasiada importancia al estudio de la Biblia, se olvidan de que sus palabras son para que sean vividas. Las personas que solo estudian la Palabra terminan cerradas en el alma, razonando en la mente. Piensan que escudriñando las Escrituras lograrán ser espirituales.
Las personas que escudriñan las Escrituras terminan teniendo una mente cada vez más activa, pero se vuelven apagadas, sin brillo espiritual. Necesitamos estar atentos a esto, porque el mismo apóstol Pablo nos advirtió: “la letra mata, mas el espíritu vivifica” (2 Co 3:6b).
Por eso, en otros diversos pasajes, Pablo nos enseña que necesitamos vivir en el espirítu. Cuando vamos a la palabra del Señor, necesitamos usar nuestro espíritu, porque en la palabra de Dios esta la vida. Si solo usamos la mente al leer la Biblia, nos sentiremos secos interiormente, sin vida. Pero si usamos el espíritu, incluso leyendo algunos versículos, nos sentiremos avivados, y mas de Cristo será constituido en nosotros.
El apostol Pablo dijo: “el Señor es el Espíritu” (2 Co 3:17). Este Espíritu nos da vida (Jn 6:63). Cuando ejercitamos nuestro espíritu, contactamos al Espíritu vivificante, el Espíritu de realidad mencionado en Juan 14:16-17, y recibimos mas de la vida de Dios.
Espero que mis cooperadores en todas las regiones y los hermanos responsables de las iglesias vean que necesitan, principalmente, practicar la palabra de Dios, y no solo oír los mensajes. Si usted solo conoce la Palabra, pero no la practica, ésta se convertirá en letra muerta. Pero, si usa su espíritu, invocando el nombre del Señor, al leer la palabra de Dios, tendrá un frescor y vigor espiritual, porque el Espíritu es el que da vida. (Jn 6:63).
Punto Clave: En la palabra de Dios está la vida.
Pregunta: ¿Cómo podemos ejercitar nuestro espíritu?
Jueves --- Lectura bíblica: Mt 25:15,21,23; Ro 12:6; Ef 4:7; Fil 4:15-16; He 2:5
Leer con oración: “No descuides el don que hay en ti” (1 Ti 4:14a)
Nuestros dones son para servir a Dios
El ejercicio de los dones no es solo para nuestro beneficio personal, sino para la necesidad de Dios. El Señor nos equipa con dones para que cooperemos con El hoy en la predicación del evangelio de la vida y estemos preparados para gobernar con El en el mundo venidero (He 2:5).
Primero El nos equipa con dones, Ni bien recibimos la salvación, recibimos la vida de Dios, con la cual vinieron los dones (Ro 12:6). Somos sus siervos y asi como El confió Sus bienes a sus siervos, según la capacidad de cada uno, en la parábola de los talentos en Mateo 25:14-15, el Señor también nos concedió dones para servirle en Su obra. Por tanto, los dones nos fueron concedidos para servir a Dios (Mt 25:15, 21,23)
Según Efesios 4:7, la gracia es concedida conforme a la medida del don de Cristo. Es decir, mientras mas usemos los dones, más gracia recibimos. ¿Usted quiere gracia? Entonces debe usar sus dones. La gracia es el Hijo de Dios, Cristo dado a nosotros gratuitamente, que esta siendo formado en nosotros. Por eso, amados hermanos, mientras mas gracia recibimos, más Cristo tenemos. Mientras mas Cristo tenemos, más útil será nuestro ministerio para que Dios realice Sus operaciones en la iglesia y en Su obra.
Si usted quiere tener el ministerio de las ofrendas materiales, necesita empezar a practicar esto. Al principio todos tenemos el don de ofrendar, pero cuando usted practica este don reiteradamente, Cristo, le es suministrado y mas gracia recibirá. Cada vez que use el don de ofrendar, mas gracia recibirá. Finalmente este don llegara a ser su ministerio. Esto puede suceder no solo individualmente, sino también con la iglesia, como sucedió con la iglesia en Filipos. “Y sabeis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; pues aún a Tesalónica me enviaste una y otra vez para mis necesidades” (Fil 4:15-16).
La práctica del don nos trae a Cristo como la gracia. ¡Esto es una realidad! Esta es la manera que Dios nos proporcionó para hacer que crezcamos en vida y seamos equipados con aquello que necesitamos para reinar con Cristo en el futuro.
Punto Clave: Usar mas el don que recibimos del Señor
Pregunta: ¿Cuál es la necesidad de Dios?
Viernes --- Lectura bíblica: Mt 24:14; Hch 20:35; Ro 10:17; 1 Co 14:1-3; 16:15
Leer con oración: “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra” (Hch 6:3-4)
Perfeccionados para predicar el evangelio de la vida
Con relación al ministerio, todos debemos saber que hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo (1 Co 12:5). Todos estos ministerios deben tener como objetivo la obra del único ministerio, que es edificar el Cuerpo de Cristo.
El Señor quiere volver pronto, y para cooperar con Su voluntad, necesitamos predicar el evangelio de la vida, el evangelio del reino (Mt 24:14). Por esta razón todos debemos ser perfeccionados en los tres aspectos del ministerio: La palabra, el sevicio y las ofrendas.
El primer aspecto es el ministerio de la palabra, que comprende muchas cosas, como orar, cantar, profetizar y evangelizar. Hablar la palabra de Dios es el ministerio mas importante, porque sin ella no es posible hacer la obra de Dios. El actua por medio de Su hablar (Jn 1:1,14; Ro 10:17; 1 Co 14:1-3; He 1:1-2). Por tanto, cada uno de nosotros necesita equiparse con la palabra del Señor y ser perfeccionado para hablarla.
Auque el ministerio de la palabra es el mas importante, el segundo aspecto, el de los servicios, también es importante, pues ayuda a los ministros de la palabra de Dios a liberarla sin impedimentos (Hch 6:2-7; 1 Co 16:15). Como vimos la semana pasada, este aspecto del ministerio es muy amplio, ya que incluye el hospedaje de los santos, la alimentación, el servicio de los niños y otros, según la necesidad de cada iglesia y su desarrollo en la expansión del evangelio. Los que sirven necesitan llenarse del Espíritu y de sabiduría, porque mientras mas nos involucremos con los servicios, mas oportunidades tendremos para negarnos a nosotros mismos y crecer espiritualmente.
Finalmente, de los dos primeros aspectos, surge el tercero, que es el ministerio de las ofrendas. Quien tiene este ministerio disfruta de una gracia especial, la gracia de dar (Hch 20:35; 2 Co 8:1-4). Ademas ofrendar es también sembrar, y el que siembra generosamente, generosamente también segará (2 Co 6:9). Cuando participamos de este ministerio, tenemos frutos que abunden en nuestra cuenta delante de Dios (Fil 4:17; 1 Ti 6:18-19).
La mejor manera de ser perfeccionados en nuestros ministerios es practicando, y una vez perfeccionados, podemos perfeccionar a otros. Una de las maneras de hacer esto, es abrir nuestras casas para orar y ministrar la palabra de Dios a las personas.
Recibir a las personas con el objetivo de predicarles el evangelio es un don. Cuando recibimos a las personas en nuestra casa, en un ambiente de oración y les hablamos la palabra, estamos sirviendo a Dios, ejercitando nuestros dones de servicio, de la palabra y también de las ofrendas. Esperamos que mas casas sean abiertas para que mas personas sean perfeccionadas para hacer la obra del ministerio, edificar el Cuerpo de Cristo supliendo y ayudando a cada miembro de Su Cuerpo a crecer en la vida de Dios. Así, mas hermanos podrán cooperar con Dios en la predicación del evangelio de la vida, apresurando la venida del Señor.
Punto Clave: Soy perfeccionado por medio de la práctica para perfeccionar a otros
Pregunta: ¿Cómo puede usted cooperar con la voluntad de Dios?
Sábado --- Lectura bíblica: Juan 13:17; Fil 3:14
Leer con oración: “Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mi, esto haced: y el Dios de paz estará en vosotros” (Fil 4:9)
Funcionar para la operación de Dios
El ejercicio de los dones, el desempeño del ministerio y las operaciones de Dios en la iglesia son con un propósito: preparaqrnos para la venida del Señor.
Estamos en el ultimo tiempo. Aunque el fin aún no ha llegado, podemos decir que ya estanos en el principio de dolores. En poco tiempo puede empezar la gran tribulación. Sabemos que casi todos los cristianos esperan la venida del Señor. Pero son pocos los que saben que el Señor es quien nos está esperando a nosotros. El espera que crezcamos para que gobernemos el mundo venidero. No obstante, aun somos muy pocos si lo comparamos con la población mundial, entonces ¿Cómo vamos a gobernar sobre las naciones? Necesitamos predicar el evangelio de la vida, para que mas hijos de Dios estén preparados para cumplir su incumbencia en la era venidera,
Muchas personas ya han sido salvas y regeneradas, pero lamentablemente, se detuvieron y se acomodaron espiritualmente. Parece que no supieran que la vida cristiana tiene una meta (Fil 3:14), que no esta en esta era, sino en la venidera: reinar con el Señor en el reino milenario. Esta es la razón por la que se nos comisionó predicar el evangelio del reino a los hijos de Dios.
Hemos visto la importancia del evangelio del reino, que es el evangelio de la vida. No es suficiente que nuestros pecados hayan sido perdonados al creer en el Señor, sino que todavía necesitamos hacer la voluntad de Dios, para que la vida divina crezca mas en nosotros, y tengamos frutos en la obra, para que podamos gobernar en el mundo venidero.
No podemos ser simples oidores de mensajes o incluso buenos predicadores, sino aquellos que practican las palabras de Dios (Jn 13:17; Fil 4:9). El ya nos dio todos los medios para esto. Por eso, amados hermanos, si ya nos fueron dados los dones, usémoslos. Algunos ya transformaron sus dones en ministerios y por lo mismo pueden perfeccionar a otros. Pongámonos todos juntos a disposición del Señor para que El realice Sus operaciones, es decir, vamos a disponernos a predicar el evangelio de la vida.
¡Aleluya! ¡Jesús es el Señor!
Punto Clave: Prepararnos para la venida del Señor.
Pregunta: ¿Está usando sus dones, perfeccionando a otros y cooperando con Dios en Sus operaciones?
Domingo --- Lectura bíblica: 1 Ti 1:4,6-7; 2 Ti 3:1-4; Ap 2:4; 2 Jn 4; 3 Jn 4-8
Leer con oración: “No tengo yo mayor gozo que éste, el oír que mis hijos andan en la verdad”
(3 Jn 4)
Convertir las verdades en realidad
Pablo en su ministerio habló muchas verdades basadas en la economía neotestamentaria de Dios, pero no logro ver la practica adecuada de sus palabras por parte de algunas iglesias. Finalmente al ser encarcelado, aparentemente su ministerio cesó, pero Dios aun quería usarlo para que completara su ministerio por medio de las epístolas.
Pablo escribió sus epístolas, pero por esta en Roma, no pudo ayudar directamente a las iglesias a practicarlas. Cuando escribió la epistola a los hermanos en Efeso, probablemente pensó que la iglesia la iba a recibir en el espíritu, e inmediatamente la pondría en practica. Sin embargo, los efesios no practicaron aquellas palabras. Antes, se volvieron a las enseñanzas que solo acarreaban disputas, mas bien que edificación de Dios que es por fe y por haberse desviado del amor que procede del corazón puro, se perdieron en vanas palabrerías (1 Ti 1:4,6-7).
Como resultado de no practicar las sanas palabras escritas por Pablo, la condición de la iglesia en Éfeso llego a ser lamentable. La iglesia cayó en la situación descrita en 2 Tim 3:1-4, en ves de amara Dios, se volvieron egoístas, es decir, se amaban a si mismos; avaros, que es lo mismo que amar el dinero; y amadores de los deleites. No debemos admirarnos de que hayan dejado el primer amor (Ap 2:4).
Al final del primer siglo, el Señor levanto otro ministerio, el ministerio de Juan en su madurez. Al escribir el libro de Apocalipsis, ya había reunido a un grupo de siervos como él, siervos que estaban viviendo en el espíritu y en la vida. Así, después que salió de Patmos, Juan se fue a Éfeso con el propósito de ayudarlos a practicar, por medio del Espíritu, las ricas palabras de la economia de Dios descritas por Pablo.
Incluso teniendo una edad avanzada, la principal carga de Juan era practicar las verdades (2 Jn 4; 3 Jn 4). Por eso, con su ayuda, la iglesia en Éfeso no solo fue restaurada a una condición deseable, sino que también se convirtió en el centro de la obra liderada por Juan, que enviaba de allí a hermanos para realizar la obra a otras ciudades (vs 5-
.
¡Que el Señor nos muestre claramente esto! ¡Que Él encuentre también en cada uno de nosotros, como encontró en Juan, a un siervo dispuesto a negarse a sí mismo! El supo ayudar a las iglesias en su época, para transformar las verdades en realidad por medio del Espíritu, y a valorar el nombre del Señor y Su palabra; a predicar el evangelio de la vida. Que seamos tales personas en nuestros días, porque para eso Él nos apartó especialmente. ¡Jesús es el Señor!
Punto Clave: Practicar las verdades en el Espíritu.
Pregunta: ¿Cuál era el encargo principal de Juan?
Dong Yu Lang
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