PERSEVERAR PARA ENTRAR EN LA BUENA TIERRA (semana 5)
LUNES
Lectura bíblica: Mt 24:5-14,32-39,42-44; He 2:5
Leer con oración:
"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. Jn 1:1-3).
EL PROPÓSITO DE DIOS
En el transcurso de esta serie del Alimento Diario, hemos desarrollado el tema "¿Por qué creó Dios al hombre?". La respuesta a esta pregunta es muy sencilla: Dios tiene una comisión especial para el hombre, que es gobernar el mundo venidero (He 2:5).
Al crear al hombre, Dios lo hizo de una manera muy especial. Además, hizo a todos los demás seres vivos a partir de la nada, es decir, por medio de Su palabra llamó a la existencia a las cosas que no existían (Sal 33:9; Ro 4:17b). Los científicos confirman que todo el universo proviene de lo que no existía, de la nada.
Dios creó un universo glorioso, bello y lleno de luz. Para administrarlo, preparó a una criatura brillante y muy capaz que la Biblia llama "Lucero", "hijo de la mañana". Dios le proveyó muchos dones y poder para que tuviera la capacidad de gobernar el universo.
Este ángel creado por Dios -conocido con el nombre de Lucero o Lucifer- se destacó entre los demás. Sin embargo, en un momento dado, comenzó a pensar que su capacidad provenía de sí mismo, desestimando el hecho de que la había recibido de Dios. Se sentía más útil que los demás y superior a todos ellos, y esto lo llevó al orgullo y, en consecuencia, a la ambición: "Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo (...) levantaré mi trono (...) sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo" (ls 14:13-14).
Él era el arcángel más destacado y debía estar satisfecho con su posición, sólo era inferior a la de Dios mismo. Sin embargo, su ambición lo llevó a querer ser igual a Dios.
Lucero sobrepasó los límites, por eso Dios lo echó por tierra, la cual fue usurpada por él y los ángeles que lo siguieron. Así, Lucero se convirtió en Satanás, el adversario de Dios, el príncipe de este mundo, y tomó. todos los reinos para sí.
No obstante, llegará el día en que los reinos de este mundo vendrán a ser de nuestro Señor (Ap 11:15). Antes de que esto se cumpla, las profecías de guerras, terremotos y conflictos en diferentes naciones, que están registradas en Mateo 24 se cumplirán. El Señor Jesús dijo a Sus discípulos que estas señales antecederían a Su venida, porque son indicios de los tiempos del fin, cuando el Señor vendrá como Rey para juzgar todas las cosas (vs. 5-14, 32-39).
En los últimos diez años hemos presenciado terremotos como nunca hubo antes. Aunque el Brasil aún no ha sido afectado directamente por estas tragedias, aun así necesitamos velar y estar preparados, es decir, debemos estar listos, porque como dijo Jesús: "el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis" (v. 44).
Punto clave: Dios nos creó de una manera muy especial.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cuál fue la actitud de Lucero cuando percibió que destacaba en el gobierno de Dios?
MARTES
Lectura bíblica: Gn 1:26-28; Ro 5:9,12; 6:23; Col 1:15
Leer con oración:
"Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies" (Sal 8:3-6).
EL HOMBRE ES EL CENTRO DE LA VOLUNTAD DE DIOS
El- mundo antiguo fue gobernado por - Lucero, que se rebeló y terminó siendo lanzado por tierra. El mundo presente fue usurpado por Satanás, pero el mundo venidero no será sujeto a los ángeles, sino al hombre.
Por eso Dios creó al hombre de una manera muy especial. A diferencia de los demás seres, que fueron creados a partir de la nada, el hombre fue hecho del polvo de la tierra. Además, Dios creó al hombre a Su misma imagen y conforme a Su semejanza, para que señoreara sobre todas las obras de Sus manos (Gn 1:26-28).
Puesto que en la Trinidad divina el Padre y el Espíritu no tienen forma, podemos concluir que el hombre fue creado a la imagen del Hijo, es decir, del Señor Jesús (Col 1:15). Fuimos hechos así, de manera diferente, para recibir la vida de Dios y por medio de ella, gobernar el mundo venidero:
Después que creó al hombre, Dios sopló en su nariz el aliento de vida. El aliento de Dios llegó a ser el espíritu del hombre, y éste se convirtió en un alma viviente.
Dios intentó usar la conciencia del hombre, que es parte de su espíritu, para gobernarlo, a fin de que, de esta manera, el hombre no actuara en contra de lo que su conciencia reprobara. Lamentablemente, a pesar de tener un espíritu en su interior, el hombre actuó de manera independiente de Dios, desobedeciendo a su propia conciencia, Y cayó bajo la influencia de Satanás, quien pasó a dominar el alma humana. Además, por ese acto de desobediencia, es decir, por el hecho de que el hombre fue contra la determinación de Dios, el pecado entró en el mundo, y así, todos los hombres adquirieron la naturaleza pecaminosa que los lleva a tener una vida de pecado (Ro 5:12).
Por lo tanto, la paga del pecado es la muerte, el hombre debía morir (6:23). Puesto que Dios es justo, no podía dejar el pecado impune. Pero Su sabiduría se iba a manifestar, preservando al hombre, sin ejecutar la sentencia en su contra.
Por eso Él mismo tuvo que venir para solucionar el problema del pecado del hombre. El Señor Jesús, que es Dios mismo, fue hecho carne y murió en nuestro lugar, derramando Su sangre para justificarnos (5:9). Su sangre tiene eficacia eterna para perdonar los pecados. Siempre y cuando reconozcamos nuestra condición pecaminosa, nos arrepintamos y apliquemos la sangre que el Señor derramó en la cruz por nosotros, el problema del pecado está solucionado.
El Señor Jesús no sólo murió en la cruz en nuestro lugar: con Su muerte, nuestro viejo hombre también murió. Asimismo, Jesús resucitó y liberó Su vida. Puesto que resucitamos con Él, nacimos .de nuevo y ahora somos un nuevo hombre. ¡Alabado sea el Señor!
Dios quiere usar a personas que fueron redimidas por la muerte de Jesús y regeneradas con la vida divina para combatir a Satanás. A fin de que esto suceda, la vida de Dios tiene que crecer en nosotros hoy. Una buena manera para que esto suceda es invocar el nombre del Señor Jesús sin cesar. Cuando invocamos el nombre del Señor, estamos en el espíritu, en la nueva vida, y podemos cumplir la voluntad de Dios. Así que, cuando Él se manifieste, seremos manifestados con Él en gloria y gobernaremos el mundo venidero.
Punto clave: La sangre de Jesús tiene eficacia eterna para perdonar los pecados.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cómo podemos solucionar el problema del pecado?
MIERCOLES
Lectura bíblica: Gn 12:7-8,10-20
Leer con oración:
"Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba" (He 11:
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DIOS NO DESISTE DE SU PLAN Y LLAMA A ABRAHAM
Cuando no invocamos el nombre del Señor, poco a poco las cosas se van degradando y corremos el riesgo de exaltar nuestro propio nombre. Algo así fue lo que sucedió en el tiempo de Nimrod (Gn 10:8-10). El pueblo edificó la torre de Babel para alcanzar los cielos y perpetuar el nombre del hombre. Por esa razón, Dios tuvo que confundir la lengua de ellos y los esparció sobre la faz de toda la tierra (11: 1-9).
En aquella época, el hombre rechazó al único Dios verdadero. Al ser esparcido por la tierra, cada pueblo buscó hacer ídolos para sí, por causa de su necesidad interior de adoración.
Por detrás de esto estaba, una vez más, la sutil sagacidad del enemigo de Dios, que usó la religión para apresar al hombre. Entonces, Dios llamó a Abraham para que saliera de Ur de los caldeos, un lugar particularmente conocido por la gran idolatría Jos 24:2).
Abraham era joven cuando fue llamado para dejar el mundo religioso. Salió de Ur, la tierra de su parentela, pero no tenía muy claro lo que estaba haciendo. Fue sólo por iniciativa de su padre que finalmente salió de allí.
Aun después de haber salido de Ur, Abraham, su padre y sus familiares no se dirigieron directamente a Canaán -la tierra prometida por Dios-, sino que se detuvieron en Harán, en la región de Asiria, que prefigura al mundo pecaminoso. Entonces Dios, una vez más, se le apareció a Abraham, lo llamó para que saliera de allí y fuera a la tierra que le mostraría.
Cuando llegó a Canaán, Dios prometió que toda la tierra sería para la descendencia de Abraham, que creyó esta promesa y edificó un altar al Señor que se le había aparecido (Gn 12:7). Al entrar en la tierra prometida, armó su tienda, edificó un altar e invocó el nombre del Señor (v.
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Lamentablemente, cuando vino la primera prueba del hambre, por causa de la debilidad humana, no pudo soportar y descendió a Egipto, que representa el mundo de los afanes por el sustento. Mientras que Canaán pasaba por hambre, en Egipto había muchos víveres, por causa de las crecidas periódicas del río Nilo.
Abraham se fue a vivir a Egipto, pero estando allí fue avergonzado: Faraón lo expulsó cuando supo que Sara era su mujer, y no su hermana (vs. 10-20). Para volver a Canaán, Abraham se fue andando, armó sus tiendas de campamento en campamento, hasta llegar a Betel, un lugar donde antes había edificado un altar. Allí nuevamente invocó el nombre del Señor.
La historia de Abraham nos muestra una importante lección. Él pudo vencer el mundo de la idolatría y del pecado, pero fue derrotado por los afanes por el sustento. Hoy, de igual manera, lo que Satanás más usa para impedirnos servir a Dios son las preocupaciones, los afanes del mundo. ¡Que esto no nos enrede como un lazo! Por el contrario, que todos podamos testificar: ¡Mi vida es para servir a Dios!
Punto clave: Mi vida es para servir a Dios.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cuál fue la trayectoria de Abraham después de salir de Ur de los caldeos?
JUEVES
Lectura bíblica: Ex 15:25,27; 16:12-13; Sal 78:23-25; 105:40-43; Hch 7:9-10
Leer con oración:
"En sus pastos se saciaron, y repletos, se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí (Os 13:6). Porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres" (Dt 4:31).
DIOS NO SE OLVIDA DE SU PUEBLO
Al venir nuevamente el hambre a la tierra, Isaac intentó descender a Egipto, así como lo hizo Abraham, su padre, pero el Señor, en medio del camino se le apareció y le dijo que no descendiera a Egipto (Gn 26:1-3).
De igual manera, un tiempo después, en la época de su hijo Jacob, el hambre vino nuevamente sobre toda la tierra (41:57). Jacob no quería descender a Egipto, pero envió a sus hijos para que fueran a buscar alimentos allí (42:1-3). En esa ocasión, José, el décimo primer hijo de Jacob, era el gobernador del imperio egipcio.
José fue un hombre usado por Dios. Desde pequeño él se apartaba del mal. Sus hermanos mayores practicaban obras reprobables, y José le informaba de esto a su padre. Esto prueba que él era un buen joven. Finalmente, fue blanco de la envidia de sus hermanos, que lo vendieron a los ismaelitas, y éstos lo vendieron a Potifar, un oficial de Faraón.
José, siendo aún muy joven, se convirtió en el administrador de toda la casa de Potifar, en Egipto. Sin embargo, después de un tiempo, fue acusado injustamente por la esposa de su señor y terminó en la cárcel. Allí, una vez más, se pudieron evidenciar sus dones administrativos; así que, fue puesto como el responsable de toda la prisión, y comenzó a cuidar a todos los prisioneros. Finalmente, uno de los presos fue liberado y después de dos años, éste. recomendó a José a Faraón, que mandó a llamarlo. Entonces Faraón, después de confirmar la sabiduría del joven, le dio autoridad sobre todo Egipto y lo constituyó como gobernador g de aquella nación (Hch 7:9~10).
Años después, cuando ya había encontrado a sus hermanos, José quiso que su padre dejara Canaán y se reuniera con ellos. En Egipto, la familia de Jacob se instaló en la mejor tierra, en una región que producía alimentos en abundancia. Con el paso del tiempo, por causa de la abundancia de alimento, el pueblo de Israel se multiplicó y se fortaleció mucho. Esta misma abundancia fue la que hizo que se multiplicaran, les dio una vida buena y cómoda. Lamentablemente, con una vida así, es fácil olvidarse de Dios, esto mismo fue lo que sucedió con el pueblo. Pero una vez más vemos al príncipe de este mundo que hace uso
de su astucia para usurpar a las personas, alejándolas de su Creador por medio de los afanes por el sustento.
El pueblo de Israel se olvidó de Dios, pero Dios no se olvidó de ellos. Por eso, para salvarlos, llamó a Moisés, que fue educado en el palacio egipcio durante cuarenta años y así, recibió la mejor formación disponible en esa época. En los días de hoy, sería como si hubiera estudiado en una gran universidad.
Sin embargo, Dios no usa directamente el conocimiento y la sabiduría que proviene del mundo. Antes de serle útil todo lo que hemos aprendido, tiene que pasar por la muerte y resurrección. Por eso Dios llevó a Moisés al desierto, y allí se quedó por cuarenta años, hasta que no confiara más en lo que había aprendido en el palacio de Faraón. Después, Moisés estaba preparado para servir a Dios.
Cuando el Señor lo llamó, él no quiso atenderlo porque se sentía incapaz. Aun así Dios lo envió para liberar a Su pueblo de Egipto.
Faraón resistió con obstinación y sólo dejó que el pueblo de Israel partiera después de la décima plaga, cuando todos los primogénitos de los egipcios murieron, incluyendo su hijo. Así que, luego se retractó de su decisión y salió para perseguir con su ejército al pueblo de Israel.
Los egipcios encontraron al pueblo cuando estaba acampado junto al Mar Rojo. Entonces Moisés levantó su vara y el mar se abrió, permitiendo así el paso del pueblo con los pies en seco. El ejército de Faraón intentó seguirlos, pero pereció cuando las aguas volvieron a su cauce normal, por orden de Moisés (Ex 14:9,30-31).
Ya en el desierto, Dios cuidó a Su pueblo, proveyéndole agua (15:25,27) y maná para saciar el hambre (16:4,35; Sal 78:23,25). No obstante, ellos se cansaron del maná y se acordaron de que en Egipto tenían carne, cebollas, ajos y pepinos, por eso murmuraron una vez más (Nm 11:4,6; Sal 78:18,19). A pesar de eso, Dios jamás dejó de cuidar1os,y aquellos que creyeron a Sus palabras, fueron conducidos hasta entrar en la buena tierra que les había prometido (Ex 16:12,13; Nm 11:31,33; Sal 105:40-43). Aunque seamos infieles, Él permanece fiel a Su propósito.
Punto clave: Dios no se olvida de nosotros y permanece fiel a Su propósito.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿De qué manera Dios cuidó a Su pueblo en el desierto?
VIERNES
Lectura bíblica: Ex 17:8-9; Nm 14:29-30; 32: 12-13; He 3:16-19
Leer con oración:
"Y dio orden a Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate, pues tú introducirás a los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo estaré contigo" (Dt 31:23).
JOSUÉ ES ESCOGIDO PARA CONDUCIR A LA NUEVA GENERACIÓN,
Éxodo 12:37 relata: "Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños". Causa espanto saber que todos los hijos de Israel, de veinte años hacia arriba, que salieron de Egipto cayeron muertos en el desierto, excepto ]osué y Caleb (Nm 14:29-30; 32:12-13; He 3:16-19). Más de seiscientas mil personas murieron, y sólo dos pudieron entrar en la buena tierra: ]osué y Caleb.
No mucho tiempo después de haber salido de Egipto, ante la falta de agua y de alimento, el pueblo comenzó a murmurar por el camino. Todo esto es la manifestación de la
Carne del hombre, que aquí es representada por los amalecitas, contra los cuales los israelitas tuvieron que luchar. En Éxodo 17:8-9, vemos: "Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec, mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano".
Josué fue uno de los escogidos de entre los seiscientos mil hombres del ejército para pelear contra los amalecitas. La victoria de Josué no dependió de su habilidad para la guerra, sino por el hecho de que Moisés levantó su vara y mantuvo su mano alzada, para hacer que Israel prevaleciera en la guerra.
Cuando Moisés se cansaba y bajaba los brazos, los amalecitas prevalecían en el campo de batalla. Al final, Aarón y Ur lo ayudaron a mantener los brazos levantados y así, el pueblo liderado por Josué, venció la batalla contra Amalec. Esto nos muestra que si le damos lugar a Amalec, nuestra carne prevalece y viene con toda su fuerza. También aprendemos que necesitamos de la intercesión de los hermanos para vencer.
Además de estos hechos importantes mostrados en el libro de Éxodo, también vemos que existía una preocupación por parte de Moisés de cómo administrar al pueblo que contaba con aproximadamente dos millones de personas.
Moisés ya había pasado por un entrenamiento en el palacio egipcio; sin embargo, para cuidar de tantas personas sentía que eso era algo que estaba por encima de su capacidad. Por eso Dios usó á Jetro, suegro de Moisés, para orientarlo acerca de la necesidad de que hubieran más personas para administrar los asuntos del pueblo en el diario vivir (Ex 18:17-24).
Después, cuando estaban por entrar a Canaán, Dios contó con dos personas: Caleb y Josué. Este último recibió una incumbencia especial. Puesto que era el ayudante de Moisés, aprendió muchas cosas con él. Por ejemplo, Moisés era manso y humilde; Josué aprendió esto y nunca habló palabras ofensivas a las personas. Siempre fue humilde y manso, fue muy usado por Dios, condujo a la nueva generación del pueblo de Israel a pasar por el río Jordán.
Sólo después que la vieja generación de los que salieron de Egipto cayó en el desierto, la nueva generación, que estaba bajo el liderazgo de Josué, pudo entrar en la buena
tierra. Ante este hecho, debemos orar: "¡Oh Señor, ayúdanos a dejar toda vejez atrás a fin de entrar en Tu reino!".
Punto clave: Ser manso y humilde.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Qué aprendemos con la victoria de Josué sobre los amalecitas?
SABADO
Lectura bíblica: Lc 19:16-19; Ap 14:20; 16:13-16; 19:19,21
Leer con oración:
"Buscad, pues hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo (Hch 6:3). Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca" (1 P 5:10).
DIOS NOS ESTÁ PREPARANDO PARA GOBERNAR EL MUNDO VENIDERO
Hay una lección muy importante para nosotros: todos los que van a administrar el mundo venidero necesitan aprender a ser sabios y a poner orden en las situaciones. Vemos esto en Éxodo 18:21-22a: "Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo".
Dios sujetó a nosotros el mundo venidero, y allí deberá haber orden. En este mundo, quien tiene crecimiento de vida, quien madure como hijo de Dios, naturalmente ocupará una posición muy elevada. Por es el nivel de autoridad de cada uno en el mundo venidero dependerá de cuánto la persona crezca en vida hoy.
En el mundo venidero, todos los reinos de este mundo ya habrán sido exterminados. Hoy hay un poco más de doscientos países y Dios, un día va a levantar una situación en la que todos los líderes, los comandantes, los presidentes de estos países se reunirán en un solo lugar: el Armagedón (Ap 16:13-16). Según la profecía, todos morirán en aquel lugar en medio de mucha sangre. La sangre correrá como un río hasta la altura de los frenos de los caballos por muchos kilómetros (14:20; 19:19,21).
Hoy estamos siendo preparados por Dios para recibir una comisión muy grande. Por eso Él quiere que prediquemos el evangelio del reino. Debemos buscar el crecimiento de vida así como participar de la obra. Él no sólo desea enseñarnos y darnos capacidades y habilidades para gobernar, sino que también espera que por medio de invocar Su nombre, crezcamos en vida. Además, aquellos que tengan bastante experiencia en la obra del Señor también ocuparán una posición superior (Lc 19:16-19).
Por la misericordia del Señor hemos predicado el evangelio del reino a lo largo de los años, pero recientemente, Dios nos reveló una manera eficaz de hacer que la Palabra llegue con más rapidez al mayor número posible de personas: el Bookafé con el co1portaje.
La palabra Bookafé es la unión de la palabra "book" (libro, en ingles), con la palabra "fe", por medio de la letra "a". Resumiendo lo que ya hemos hablado en las semanas anteriores: el Bookafé es un ambiente agradable en el que ponemos a disposición de las personas los libros que promueven la fe. Podemos tener varios Bookafé en varios lugares de la ciudad para facilitar el acceso de las personas a la palabra de Dios.
El co1portaje, por su parte, es una labor realizada por los colportores, aquellos que se consagran al Señor para llevar la revelación de la Palabra a otros por medio de los libros espirituales.
Muchas personas, lamentablemente, no saben lo que es la fe ni tampoco que Dios es Triuno. Tampoco saben que el hombre tiene tres partes: espíritu, alma y cuerpo. La fe que tiene como contenido el plan del Dios Triuno, que es dispensarse hacia dentro del hombre tripartito, necesita ser infundida en las personas.
En el pasado dábamos énfasis a las reuniones de la iglesia en un salón grande. Esto es bueno, pero limita mucho el número de los participantes. Los que viven lejos de estos lugares difícilmente pueden participar de todas las reuniones. Por eso el Señor nos condujo a tener lugares de oración por medio de los Bookafés, en todos los distritos y barrios de la ciudad.
Casi siempre, cuando se adquiere o se alquila un salón para las reuniones de la iglesia éste. Permanece cerrado la mayor parte del tiempo, sólo se utiliza dos o tres veces por semana. Aunque utilicemos el local para ser una librería durante la semana, pocas personas se interesarán por entrar en él.
Esta herramienta para la propagación del evangelio del reino, el Bookafé, no es una cafetería tradicional, en la que las personas toman café en la barra o de pié, y luego se van, Las cafeterías modernas ofrecen eÍ café en un ambiente agradable, en donde se pueden sentar para leer revistas, libros, o para conversar, etc.
En los Bookafés las personas pueden quedarse más tiempo con nosotros para ser suplidas espiritualmente. Por un lado, para tomar un café, por otro, para conocer a Dios por medio de los libros espirituales, presentados por los colportores.
Nuestro objetivo es presentar la fe a las personas a través de los libros, y tener un tiempo para conversar tranquilamente, con ellas. ¡Tanto con los cristianos! como con los\que no lo son; esto incluye a todas las personas, pues Dios quiere que el evangelio del reino llegue hasta lo último dela tierra.
Punto clave: ser sabio y poner orden en todas las situaciones.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cuál es la nueva manera que Dios nos dio para apresurar la predicación del evangelio del reino?
DOMINGO
Lectura bíblica: Jn 14:17,20,26; 17:21; Hch 18:2,18,26; Ro 16:3; 1 Co 16:19
Leer con oración:
"Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús (Ro 16:3). Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él" (1 Co 9:23).
COLABORADORES DE DIOS Y DEL EVANGELIO
Dios desea que Sus hijos crezcan en vida para reinar con Cristo en el reino milenario. Sin embargo, para que Su vida crezca en nosotros, debemos renunciar a nuestra vida del alma.
Quien es anímico, lleno de sí mismo, se vuelve, prácticamente, en un estorbo para el avance de la obra del Señor. Esto es un peligro que tal vez no es tan evidente como el del pecado, pero llega a ser un serio problema. Por esta razón, gracias al Señor, en la iglesia, durante muchos años hemos hablado de la necesidad de eliminar la vida del alma por medio de los sufrimientos; no obstante, últimamente, el Señor nos mostró el camino tomado por el apóstol Pedro con respecto a esto.
Al ver el relato de las experiencias de Pedro y lo que está registrado en su primera epístola, podemos percibir que cuando en alguna situación, Dios expone nuestra vida del alma, inmediatamente debemos ponerla en el fuego del Espíritu para quemarla. Por eso hoy, en nuestro medio, ya no existen peleas entre los matrimonios que decidieron poner en práctica esta palabra. En el pasado siempre había hermanos que venían para quejarse con nosotros; algunos se quejaban de sus esposas, y ellas se quejaban de los maridos. El problema era la vida del alma. Cuando se soluciona el problema de la vida del alma, comienza a venir la paz al hogar.
Debe haber paz y armonía entre el matrimonio. El Señor nos enseñó algo sobre esto por medio de la historia de Aquila y Priscila (Hch 18:2,18, 26; Ro 16:3; 1 Co 16:19). Los matrimonios generalmente tienen muchas cosas en común, pero es difícil encontrar a un matrimonio en que los dos sean colaboradores en la obra del Señor. En medio nuestro, felizmente, hay matrimonios como Aquila y Priscila. Ellos niegan la vida del alma y cooperan juntos.
El matrimonio no debe tener como objetivo apenas vivir en paz la vida de la iglesia. Ambos deben cooperar. Si la esposa quiere abrir un Bookafé, el marido no debe impedirle, sino apoyarla. Si el marido quiere abrir la casa para reuniones, la esposa debe decir "amén y aleluya!".
Todos los hijos de Dios que están en los diferentes grupos cristianos deben sentirse bienvenidos entre nosotros. Muchos ya han recibido el evangelio de la gracia, pero no conocen el evangelio del reino. Ya han oído hablar del reino, pero no saben cómo practicar la palabra que oyeron ni cómo predicar este evangelio. Por causa de estas razones Dios nos mostró que debemos, por medio de los libros, llevar a las personas a la fe.
De esta manera, adquirimos crecimiento en vida, frutos en la obra del Señor y experiencia administrativa a fin de gobernar el mundo venidero. En la medida de lo posible necesitamos predicar el evangelio del reino a todas las personas.
Es evidente que nuestro objetivo en los Bookafés no es el café, sino la fe.
La fe, que es el deseo del Dios Triuno de dispensarse hacia dentro del hombre tripartito, no fue revelada sólo al apóstol Pablo en el capítulo 1 de Efesios. El Señor Jesús mismo ya había hablado sobre a la fe a los discípulos (cfr. Mt 23:23; Lc 22:32). No obstante, ellos no dieron atención a las palabras del Señor, pues sólo atendieron a lo que era de su interés, como la expulsión de demonios y la sanidad de enfermedades.
Entre los discípulos que convivieron con el Señor Jesús en sus tres años y medio de Su ministerio terrenal, Juan, después de haber recibido la revelación de Dios, al final de su vida, volvió a hablar sobre el contenido de la fe. Por medio del Espíritu de realidad, él fue recordando todas las cosas que Jesús había hablado (Jn 14:26).
El Señor Jesús, que es Dios mismo en carne, pasó por la muerte y resurrección para llegar a ser el Espíritu de realidad a fin de habitar para siempre en todo aquel que Le recibe.
El Señor también mostró que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno y vinieron para morar en nosotros a fin de que seamos uno con Él (14:17, 20; 17:21).
Necesitamos presentar el evangelio del reino a las personas. Al hacer esto, nuestro énfasis debe ser positivo, sin ánimo de discutir (Ro 12:18). Si es posible, ganemos el alma de las personas, ayudándolas a volverse al Espíritu, invocando el nombre del Señor y orando por ellas. Seamos como Aquila y Priscila: donde quiera que estemos, seamos los colaboradores de Dios y del evangelio. ¡Aleluya!
Punto clave: Matrimonios colaboradores.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cómo adquirimos experiencia administrativa, crecimiento en vida y frutos en la obra del Señor?
Lectura de apoyo:
"La actitud de un joven vencedor" - págs. 51 ~54 – Perdonado porque Dios perdonó.
"La promesa de la vida y el galardón en el reino" - cap. 6-
Dong Yu Lan.