PERSEVERAR PARA ENTRAR EN LA BUENA TIERRA (semana 6)
LUNES
Lectura bíblica: Ex 17:11-13;24:13; 32:17-20; Nm 13:8,16
Leer con oración:
"Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse" (Stg 1:19).
LAS CARACTERÍSTICAS DEL SUCESOR DE MOISÉS
La semana pasada vimos que no fue una casualidad que Dios escogiera a Josué como el sucesor de Moisés para que fuera delante del pueblo. Él era uno de los príncipes de la tribu de Efraín, fue rescatado de Egipto y estaba entre los seiscientos mil hombres, de veinte años para arriba, que podían luchar y fueron contados en el desierto (Nm 13:2, 8, 16;14:29-30). Él se convirtió en un servidor de Moisés y posteriormente en un líder de guerra.
La primera batalla del pueblo de Israel en el desierto fue contra los amalecitas. Amalec representa a la carne. El Señor preparó a Josué para que la eliminara. Si el problema de la carne no es solucionado, tampoco se solucionará el problema de la vida del alma.
A pesar de sus victorias, vemos que Josué no se enorgulleció. Por el contrario, él sabía que no podía vencer por sí mismo y que su victoria dependía de la intercesión de Moisés delante de Dios. Mientras Moisés tuviera las manos levantadas, Josué tendría la victoria. Pero, cuando Moisés se cansaba y bajaba las manos, Josué era derrotado. Así que, él aprendió una gran lección: no enorgullecerse en la victoria ni desanimarse en la derrota (Ex 17:11-13). Podemos extraer como lección la experiencia de Josué de seguir las órdenes del Señor y avanzar mirando la vara, que representa la autoridad de Dios (v. 9). Si somos derrotados, comencemos de nuevo. Si somos victoriosos, no nos enorgullezcamos, sino prosigamos. ¡Alabado sea el Señor!
Cuando Moisés subió al monte para encontrarse con Dios, Josué lo acompañó (Ex 24:13). Él mismo no podía encontrarse con Dios, por eso se quedó esperando que Moisés regresara. Los jóvenes no soportan esperar y son más ansiosos, pero Josué confió en el Señor y se quedó esperando. Seguramente Dios lo supliría con alimento en el monte. Igualmente nosotros, necesitamos aprender a confiar que el Señor nos suplirá con todo aquello que necesitamos para vivir.
Al descender juntos del monte, Josué oyó la voz del pueblo en el campamento y dijo a Moisés que era alarido de pelea. No obstante, Moisés lo corrigió diciendo que no era alarido de fuertes ni de débiles, sino voz de cantar. Cuando llegaron al campamento, el pueblo estaba danzando y adorando al becerro de oro (32:17-20).
En ausencia de Moisés y Josué; Aarón, el portavoz de Dios, había quedado encargado de cuidar al pueblo. Puesto que habían pasado muchos días, el pueblo se quedó preocupado porque no había señal de Moisés. Entonces escogieron a Aarón como líder para sustituirlo.. Él les dijo que llevaran los zarcillos de oro que tenían las mujeres en sus orejas, los hijos y las hijas, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Así que, el pueblo dijo: "Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto" (v.4). Esto ofendió a Dios, que tuvo que juzgar a Su pueblo y eliminar a aquellos que adoraron al becerro de oro.
Debemos percibir cuán necesario es mirar la vara de Dios, seguir Sus órdenes, ejercitar la fe y aprender a discernir las reacciones del pueblo de Dios. Así seguiremos en el camino del Señor y llegaremos a ser útiles para servirle. ¡Alabado sea el Señor!
Punto clave: No lograremos vencer por nosotros mismos.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Qué gran lección aprendemos con la experiencia de Josué?
MARTES
Lectura bíblica: Ex 32: 19; 33: 11; Nm 20: 1, 12,28; Dt 7:1-5
Leer con oración:
"Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida" (1 Ti 1:5).
AARÓN Y MARÍA: LAS CIRCUNSTANCIAS
DESENMASCARAN LA VIDA DEL ALMA
Después que Moisés recibió las dos tablas de la ley, descendió del monte Sinaí con Josué. Cuando llegaron al campamento vieron que el pueblo se había corrompido al adorar al becerro de oro. Moisés se airó y quebró las dos tablas de la ley (Ex 32:19).
Aarón había cometido un gran error: él debió cooperar con Moisés, pero escogió seguir su propia opinión, su propia manera de buscar a Dios y de conducir al pueblo. El Señor usó esa situación para desenmascarar la vida del alma del pueblo de Israel.
En otra ocasión, cuando Moisés se casó con una mujer cusita, la vida del alma de Aarón y de María fue expuesta. Aarón era mayor que Moisés y hablaba muy bien, era su portavoz. María, la hermana mayor de Moisés, también estaba insatisfecha. Esto nos muestra que había impureza en el interior de ellos.
Amados hermanos, necesitamos tener un corazón limpio (1 Ti 1:5). Si usted está insatisfecho con los hermanos que están en la delantera, no murmure de ellos por detrás; usted necesita buscarlos y hablarles abiertamente. Muchas veces, entendemos mal las cosas y empezamos a decir muchas palabras que no tienen nada que ver con la realidad.
Moisés debía escoger una esposa de entre las mujeres de las doce tribus, pero se casó con una mujer cusita. Esto no fue adecuado (Dt 7:1-5), entonces Aarón debía haber buscado a Moisés para tener comunión con él. Pero, en vez de eso, él y su hermana María, lo atacaron abiertamente, expresando la verdadera razón de su insatisfacción: "¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?" (Nm 12:2). Al decir eso, Dios se les apareció y respondió: "Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová" (v.
. El Señor hablaba a los profetas en sueños y visiones, pero con Moisés hablaba cara a cara (Ex 33:11).
Después de decir eso, el Señor se apartó de ellos. Esto no quiere decir que Él aprobaba lo que Moisés había hecho, pero Aarón y María tomaron esto como pretexto para difamarlo. María se quedó leprosa inmediatamente (Nm 12:10). Aarón, al ver la lepra de su hermana, rogó aMoisés y confesó su error, por eso fue perdonado (vs. 11-12).
María no pudo entrar a la tierra de Canaán, pues difamó a Moisés (20:1). Aarón tampoco entró, tal vez porque se unió a María en la rebelión contra Moisés (vs. 12,28). Pese
a su arrepentimiento, aún había algo oculto dentro de él.
Esto nos muestra que si tenemos cosas ocultas en nuestro interior, asuntos no solucionados, no podremos entrar a la tierra de Canaán, es decir, no podremos entrar al reino. Necesitamos orar al Señor para purificar nuestro corazón de toda impureza e insatisfacción (Sal 51: 7, 10).
Punto clave: Tratar con las impurezas de nuestro interior.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cuáles fueron las actitudes de Aarón y María que expusieron sus insatisfacciones interiores?
MIERCOLES
Lectura bíblica: Ex 17:6; 32:10-14;Nm 20:8; 33:9; 1 Co 10:4
Leer con oración:
"Pues sacó de la peña corrientes, e hizo descender aguas como ríos (Sal 78:16). Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo" (1 P 3:15-16).
EL ERROR DE MOISÉS:
UNA SERIA ADVERTENCIAPARA LOS LÍDERES
Después de atravesar el Mar Rojo, el pueblo de Israel dio inicio a su caminata por el desierto, pero antes de llegar al monte Sinaí, el pueblo murmuró por la falta de agua. Entonces, Dios condujo a los israelitas a Elim, "donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras" (Nm 33:9). En otra ocasión, igualmente por causa del agua, el pueblo contendió con Moisés en Refidim. Dios dijo a Moisés que usara su vara: "Golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo" (Ex 17:6). La roca (peña) golpeada o herida, representa aCristo, quien fue herido por nosotros, pues de Él salió el agua de vida para suplirnos (1Co 10:4).
Había mucha murmuración entre el pueblo de Israel. Cuando no había comida Dios les mandaba el maná (Ex 16:14-15). El Señor lo había preparado todo; sin embargo, el pueblo continuaba reclamando. Era un pueblo de dura cerviz, a tal punto que el Señor mismo habló de destruidos y de hacer de la casa de Moisés una nación grande (32:10). No obstante, Moisés no estuvo de acuerdo y le suplicó al Señor por el pueblo: "Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo" (vs. 1l~14). Moisés oró por ellos y los defendió varias veces.
En Meriba, nuevamente el pueblo reclamó por causa del agua, y Moisés y Aarón buscaron al Señor. Entonces Dios le dijo a Moisés que tomara la vara y junto con Aarón, hablaran a la peña (Nm 20:
. Lo único que debían hacer era hablar a la peña, que prefigura que el Señor sólo podía ser herido una sola vez. No obstante, ambos no soportaban más los reclamos del pueblo, por eso Moisés se airó e hirió nuevamente a la peña. El agua fluyó, pero él cometió un error. Bastaba sólo hablar, pero él no obedeció lo que el Señor le dijo. Finalmente, por causa de eso, Moisés y Aarón no entraron en la tierra de Canaán.
Podemos aceptar el hecho de que Aarón no entró a la buena tierra por causa de su rebelión contra su hermano. Pero es difícil entender porqué Moisés no entró. Moisés incluso pidió perdón a Dios y negoció con Él: "Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo: Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano" (Dt 3:23;25).,Moisés sabía que se habia equivocado, pero aun así rogó al Señor que lo dejara pasar y ver la tierra.
No obstante, Dios le dijo: "Basta, no me hables más de este asunto" (v. 26b). Es como si le dijera: "Tu sabes que soy un Dios compasivo; si me sigues insistiendo voy a terminar dejándote entrar, ¿y cómo quedaría Mi palabra?" Por eso, en aquel momento, dio por terminado este asunto.
¡Cuánto amor hay en esas palabras! Dios no podía violar Su propia palabra, por eso le dijo a Moisés: "!Basta!". Si pudiéramos, ver el rostro del Señor en ese momento veríamos que El no estaba contento por impedir la entrada de Moisés a Canaán.
Por haber herido a la peña por segunda vez y haberse airado contra el pueblo, contradiciendo la determinación de Dios, Moisés no pudo entrar en la tierra de Canaán: sólo la contempló desde la cumbre del monte Pisga (vs. 26~28). El Señor no permitió que Moisés, a pesar de que fue tan íntimo y útil en Su propósito, entrara a la tierra prometida. Esto nos muestra que los que salieron de Egipto, de veinte años hacia arriba, incluyendo a Aarón, María y Moisés, tuvieron que caer en el desierto; sólo Josué, Caleb y la nueva generación pudieron entrar.
Qué seria advertencia para todos nosotros, principalmente para aquellos que son líderes en las iglesias, porque aunque seamos útiles en las manos del Señor, no podemos ir en contra de Su voluntad.
Punto clave: Nuestro Señor es un Dios compasivo, pero también es justo.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Por qué Moisés no debía haber herido la peña por segunda vez?
JUEVES
Lectura bíblica: Nm 13:25-26; 14:32-34;Mt 16:24;Gá 5:16,25; 1 Jn 1:7, 9
Leer con oración:
"Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia" (He 4: 1, 11).
LA VIDA DE LA IGLESIA NUESTRA CAMINATA POR EL DESIERTO
Ayer vimos que Moisés no pudo entrar en Canaán porque contradijo una determinación de Dios. Vimos que un poco de la vida del alma puede impedirnos entrar en la buena tierra. Por eso agradecemos al Señor por oír tantas veces sobre el negar la vida del alma. Esta es Su misericordia para con nosotros.
Tal vez nuestros errores son mucho más graves que los errores de Moisés. Si aplicáramos el patrón del Antiguo Testamento, no podríamos satisfacer las exigencias de Dios, pues incluso el más diligente aun tiene vida del alma. Es casi imposible que eliminemos por completo nuestra vida del alma hasta la manifestación del reino de los cielos.
Moisés no se equivocó mucho, sólo hirió la peña en vez de hablarle. Por no haber santificado al Señor delante del pueblo, Dios no le permitió entrar a Canaán, pues no podía
ir en contra de Su palabra. Aunque Moisés era un hombre muy bueno y extremadamente usado por Dios, y aunque le rogo para entrar en la buena tierra. Dios no se lo permitió. En el Nuevo Testamento, cuando creimos, fuimos limpiados de todos los pecados del pasado y puestos en la iglesia. Ocasionalmente puede suceder que cometamos algún pecado, pero si nos arrepentimos de inmediato, la sangre de Jesucristo nos purificará (1 Jn 1:7,9). ¡Aleluya! En la vida de la iglesia tenemos la oportunidad de arrepentirnos y hacer morir nuestra vida del alma.
En el desierto, ante la incredulidad del pueblo y el informe de los espías que estuvieron en la tierra de Canaán durante cuarenta días (Nm 13:25-26), Dios determinó que el pueblo de Israel no tendría más la oportunidad para arrepentirse y entonces, se quedaría vagando por el desierto durante cuarenta años (14:32-34; Dt 8:2). Esto significa que, todos
los que viven por la vida del alma tienen que "morir en el desierto". Si queremos entrar en el reposo de Dios, la tierra de Canaán, necesitamos vivir y andar en el espíritu (He 4:1,11; Gá 5:16,25).
Después de creer en el Señor Jesús y ser bautizados, fuimos introducidos en la vida de la iglesia; usando la historia del pueblo de Israel como ejemplo, podemos decir que hoy estamos pasando por el "desierto", rumbo a la "tierra prometida", que es el reino. Por eso debemos aprovechar todas las oportunidades para negar la vida del alma. Siempre que ésta se manifieste, usted tiene que volverse al Señor y aplicar la cruz sobre ella, orando: "!Oh Señor Jesús! Mi vida del alma aún está activa. Señor, me arrepiento y tomo mi cruz" (cfr. Mt 16:24).
Quien haga morir su vida del alma tiene más oportunidad de entrar en el reino de los cielos. Quien no niega su vida del alma hoy, perderá la salvación del alma y cuando el reino de los cielos se manifieste, se quedará en las tinieblas de afuera y en el crujir de dientes (Mt 25: 11, 26, 30).
¡Gracias a Dios! ¡Somos bienaventurados por vivir en esta era! Hoy, pese a que aún cometemos errores, no debemos de desanimarnos, porque podemos ser iluminados por el Señor. Cuando Su luz venga a nosotros, necesitamos arrepentirnos inmediatamente y poner a nuestro viejo hombre en la cruz. Esta es la salvación de Dios para los que viven en la era del Nuevo Testamento.
Punto clave: Arrepentirse inmediatamente al ser iluminado por el Señor.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cuál es la relación entre el desierto y la vida de la iglesia?
VIERNES
Lectura bíblica: Nm 13:16-22
Leer con oración:
"Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos" (Nm 13: 30).
EL INFORME DE LOS ESPÍAS
Por el hecho de que Josué siempre siguió a Moisés, se convirtió en su servidor y aprendió muchas lecciones a su lado. Josué recibió la incumbencia del Señor de conducir al pueblo de Israel a entrar a la tierra de Canaán. Sin embargo, antes de eso, él pasó por una gran prueba, cuando fue designado para espiar la buena tierra.
En cada tribu de Israel había un líder que era llamado príncipe. Caleb era de la tribu de Judá, y Josué de la tribu de Efraín (Nm 13:6,
. Dios los envió para entrar en la tierra de Canaán junto con otros diez príncipes de las demás tribus.
Así que, subieron y espiaron la tierra durante cuarenta días: "Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo, y de las granadas y de los higos" (v. 23). La tierra era tan buena que aquel racimo de uvas tuvo que ser llevado por dos hombres.
Veamos los versículos siguientes: "Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los
hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra. Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y
fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán. Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros" (Nm 13:25-31).
Doce espías fueron a reconocer la tierra prometida, pero diez de ellos hablaron palabras negativas: "La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos" (vs. 32-33).
De los doce espías sólo dos, Caleb y Josué, hablaron palabras positivas con respecto a lo que vieron: "La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos' la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehova; no los temáis" (Nm 14:7-9)'.Todos vieron' la misma tierra y las
mismas dificultades para conquistarla. No obstante, el informe de Josué y Caleb fue muy distinto al de los demás espías.
De aquí podemos extraer una gran lección: si confiamos en nuestros ojos, veremos las dificultades que están a nuestro alrededor como obstáculos insuperables, pero si confiamosen la palabra del Señor, así como Josué y Caleb, derrotaremos a los gigantes y conquistaremos la tierra. ¡Vamos! Seamos como aquellos que confían en el Señor y no se intimidan ante las dificultades, sino que avanzan para conquistar la promesa de Dios de reinar con Cristo el mundo venidero.
Punto clave: No hablar palabras negativas.
Mi punto clave:
Pregunta: Si doce espías reconocieron la misma tierra, ¿Por qué el relato de diez de ellos fue contrario al de Josué y Caleb?
SABADO
Lectura bíblica: ;:s
1 S 17:4-10,41-47,49-50; Ef 6:10-19
Leer con oración:
"Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de lehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado" (1 S 17:45).
INVOCAR EL NOMBRE DEL SEÑOR PARA VENCER A LOS "GIGANTES"
Alabamos al Señor porque Él nos sacó de Egipto y quiere entregarnos la tierra donde fluye leche y miel. En ella había gigantes, pero ellos son nuestro pan. Cuando el joven David vio a Goliat, el gigante filisteo que desafiaba a Israel, no había ningún hombre con valor para enfrentarlo (1 S 17:4-10). Los hermanos mayores de David también estaban asustados. Pero David, siendo aun sólo un joven, no tuvo miedo.
El Señor nos dio Su nombre y Su palabra: no debemos temer las dificultades que aparecerán. El Señor también nos dio la incumbencia de cuidar a Sus ovejas. Aunque somos propensos a escuchar palabras negativas contra Su mover, no debemos amedrentarnos. ¡No temamos a los "gigantes" que nos sobrevienen! Debemos saber que siempre habrá una batalla entre el espíritu y el alma. Si permanecemos en el espíritu, obtendremos la victoria.
Incluso hoy necesitamos luchar contra los "gigantes, los hijos de Anac" (Ef 6: 10, 12-13). Debemos continuar avanzando para conquistar la "buena tierra". Para eso necesitamos invocar continuamente el nombre del Señor. Así seremos llenos del espíritu y la vida. Cuando estamos en el espíritu, los gigantes son como pan para nosotros.
No temamos las dificultades ni las cosas negativas que intentan impedir el avance del mover del Señor. No tengamos recelo de las palabras injuriosas, sino de dejar de invocar el nombre del Señor. Esto es algo grave que nos saca del espíritu. Necesitamos, continuar invocando el nombre del Señor!,
No vamos a retroceder ante las dificultades, las mentiras y las acciones malignas en contra nuestra; vamos a invocar el nombre del-Señor con realidad para, permanecer en el espíritu, y así obtendremos más de la vida de Dios. De esta manera seremos como David, que no se dejó amedrentar cuando estuvo frente a Goliat\ sino que se llenó de valor y lo derrotó. ¡No debemos temer las dificultades que aparecerán; permanezcamos firmes en el nombre y en la palabra del Señor!
Punto clave: La vida del alma es el "gigante" que necesita ser derrotado.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cuál es el camino para no temer a las dificultades y las cosas negativas?
DOMINGO
Lectura bíblica: Nm 14:20-30
Leer con oración:
"Echó las naciones de delante de ellos; con cuerdas repartió sus tierras en heredad, e hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel" (Sal 78:55).
CONFIAR EN LA PALABRA DE DIOS
Y NO DAR OÍDOS A LAS PALABRAS NEGATIVAS
De los doce hombres que fueron enviados para espiar la tierra prometida, Dios permitió que sólo dos entraran a la tierra de Canaán: Josué y Caleb. El Señor intentaba aniquilar a todo el pueblo, pero Moisés intercedió por ellos y Dios los perdonó (Nm 14:20-22).
El hecho de haber sido perdonados por Dios, los libró de morir en el desierto, conforme a lo que el Señor le dijo a Moisés: "No verán la tierra de la cual juré a sus padres;
no, ninguno de los que me han irritado la verá. Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra, y su descendencia la tendrá en posesión" (vs. 23-24).
El Señor también dijo a Moisés y a Aarón: "¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun" (vs. 26-30).
Josué y Caleb también vieron a los gigantes en la tierra de Canaán, pero ellos sabían que la tierra les había sido dada por el Señor. Entonces, cuando volvieron, no dijeron ninguna palabra negativa; por el contrario, dijeron: "Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos" (13:30).
Esto nos muestra que no debemos dar oidos a las palabras negativas. Todos aquellos que hablaron palabras negativas cayeron en el desierto. ¿Por qué el Señor escogió a Josué como
líder para conducir al pueblo? Porque él tenía un corazón correcto. Josué era uno de los espías, sabía que el Señor les había dado la tierra y por tanto, podrían entrar en ella. Él dijo al pueblo: "Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis" (Nm 14:8-9). ¡Alabado sea el Señor! Esta es la
palabra de Dios para alentarnos. ¡Jesús es el Señor!
Punto clave: Tener un corazón correcto.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Qué otra característica, además del informe positivo, contribuyó para que Josué y Caleb entraran en la buena tierra?
Lectura de apoyo:
"Los dos aspectos de la salvación" - cap. 1 - Dong Yu Lan.
"Números - El ejército de Israel y el servicio de los levitas" cap. 35 - Dong Yu Lan. ~
"La conquista de la buena tierra" - cap. 3 - Dong Yu Lan.