PERSEVERAR PARA ENTRAR EN LA BUENA TIERRA (semana 7)

PERSEVERAR PARA ENTRAR EN LA BUENA TIERRA (semana 7)
LUNES
Lectura bíblica: Gn 1:1; Job 38:4-7; 1s 48:3; Jn 1:1; 1 Ti 6:16
Leer con oración:
"Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía (He 11:3). Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió" (Sal 33:9).
LA PRIMERA CREACIÓN FUE GOBERNADA POR LOS ÁNGELES
El tema de la serie anterior del Alimento Diario fue: Apartado especialmente para el evangelio de la vida. En esa ocasión explicamos que el mundo venidero, mencionado en Hebreos 2:5, se refiere al reino milenario después de la venida de Cristo. A fin de reinar con Él en el mundo venidero, la vida de Dios que está en nosotros necesita crecer, y esto sucede cuando negamos la vida del alma, nuestro ego.
También dijimos que fuimos apartados especialmente para predicar el evangelio del reino en todo lugar habitado por el hombre, pues sólo así el Señor volverá (Mt 24: 14).
Es maravilloso saber que Dios creó todas las cosas a partir de la nada. Juan 1:1 dice: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios". Dios habita en luz inaccesible y no tiene forma (1 Ti 6:16; Jn 4:24a).
Todas las cosas creadas por El fueron hechas por medio de Su palabra: al principio, no existía nada, pero por causa de la voz del Señor, de Su palabra, poco a poco las cosas fueron apareciendo (ls 48:3).
Todos los descubrimientos de la ciencia confirman que la palabra de Dios es exacta. La Biblia dice que Dios llama las cosas que no son, como si fuesen (Ro 4:17). Por medio de Su palabra "Él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió" (Sal 33:9). El resultado de la creación de Dios fue un mundo muy armonioso, entregado para que los ángeles lo gobernaran Job 38:4-7).
Mucho antes de que el hombre existiera, habían sido creados muchos seres que poblaron la tierra. De entre ellos, según el libro de Job, había dos especies diferentes,. y una de ellas era parecida al hipopótamo (Behemot, según el original). En aquella época había lagos y lagunas, que eran valles llenos de agua, un ambiente apropiado para esta criatura, cuya comida consistía en plantas acuáticas (40: 15).
La otra especie era semejante al cocodrilo (Leviatán, según el original), que es carnívoro. Puesto que se alimentaba de carne, había luchas entre ellos, y eso hizo que surgiera una defensa natural en su piel, que se volvió como una coraza muy dura (41:1, 15). Estas dos criaturas que Dios creó en el mundo antiguo, conocidas por nosotros como seres prehistóricos, estaban bajo el gobierno de los ángeles y fueron mencionados por Dios a Job para ejemplificar cuán terrible es el orgullo (40:6-12; 41:34).
Punto clave: La palabra de Dios es exacta.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Qué es necesario que suceda con nosotros para que podamos reinar con Cristo en el mundo venidero?
 
MARTES
Lectura bíblica: Gn 1:28; 1 P 1:7
Leer con oración:
"Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando; pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que le visites? Le hiciste un poco menor que los ángeles, Le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos" (He 2:5-7).
EL HOMBRE FUE CREADO PARA GOBERNAR
El libro de Ezequiel habla de un ser que fue adornado con piedras preciosas, su nombre era Lucero. Dios le dio muchos dones y habilidades para gobernar el mundo antiguo y todos los seres vivos de aquella época.
Este arcángel fue, poco a poco, escalando posiciones jerárquicas más altas, él creyó que su éxito se debía a su propia capacidad. En realidad, su competencia le fue concedida por Dios, pero él no reconocía eso y comenzó a enorgullecerse. Con el orgullo, vino la ambición y con ella, el deseo de subir cada vez más.
Lucero llegó a tener la posición de jefe de los arcángeles, pero aún no estaba satisfecho Y quiso ser igual a Dios. El Señor no toleró eso y lo lanzó por tierra; a partir de allí, Lucero pasó a ser conocido como, Satanás, el adversario de Dios. Por causa de Satanás, la tierra se volvió caótica, sin forma y vacia.
Una vez en la tierra, Satanás la usurpó totalmente para sí. El mundo antiguo estaba en manos de Lucero y en el mundo actual es Satanás quien está por detrás de los conflictos entre las naciones, para su propio interés y provecho. En Mateo 24 leemos que "se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores" (vs. 7-. El Señor nos dice que no temamos a las señales que antecederán a Su venida, pues es necesario que ocurran.
Dios no permitirá que el caos instalado después de la rebelión de Lucero permanezca para siempre. Él creó al hombre con el fin de entregarle el mundo venidero.
El hombre fue creado de una manera especial, a la imagen y semejanza de Dios, quien lo formó a partir del barro, del polvo de la tierra. Y la tierra surgió el tercer día de la creación, cuando la parte seca emergió de las aguas de muerte. Este día se refiere al Hijo, que resucitó al tercer día. El hombre fue formado a partir de esa tierra que surgió -como la "resurrección"- de las aguas de muerte. Esto es muy significativo.
Hebreos 2:5 afirma que el mundo venidero no será entregado a los ángeles, sino a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles. En otras palabras, todavía no podemos gobernar sobre el mundo venidero, porque nos falta crecer en la vida divina que recibimos al ser regenerados. Pero llegará el día en que el hombre creado del barro y maduro por elmtrabajar de Dios mismo, recibirá alabanza, gloria y honra (1 P 1:7). Cuando esto suceda, Dios le entregará todas las cosas (He 2:. ¡Aleluya!
Punto clave: Necesitamos crecer en la vida divina que recibimos al ser regenerados.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cuál es el significado de que el hombre haya sido formado de la tierra que surgió al tercer día?
 
MIERCOLES
Lectura bíblica: Gn 2:7, 15-17; Ro 5:12, 19a
Leer con oración:
"Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros" (1 S 15:22b).
OBEDECER EL HABLAR DE DIOS
El mundo venidero estará incertado en una esfera de gloria y honra. De esta maneta, a fin de estar a la altura para reinar sobre él, debemos madurar en la vida divina durante nuestra peregrinación en la tierra. Hoy Dios trabaja en nosotros con este propósito. Él siempre está alentándonos a crecer en Su vida y nos incentiva a participar de Su obra, para que le seamos útiles en el reino venidero.
El mundo venidero será entregado al hombre para que lo gobierne. Para crearlo, Dios usó un material que ya existía: el polvo de la tierra. Sin embargo, el ser humano no fue creado sólo del polvo de la tierra. Durante su creación, ocurrió algo inédito y muy importante: Dios sopló el aliento de vida en el hombre hecho de barro y fue un ser viviente (Gn 2:7). El aliento de Dios entró en el hombre y se convirtió en el espíritu dentro de él.
Además de haber sido creado a la imagen y semejanza de Su creador, la diferencia entre el hombre y las demás criaturas es que éstas vinieron de las cosas que no existían, pero el hombre fue hecho a partir de algo que ya existía: el polvo de la tierra -sustancia que apareció el tercer día de la creación, que prefigura a Cristo, que resucitó al tercer día. Esto significa que el primer hombre fue creado a partir de algo que pasó por la muerte y la resurrección.
Los demás seres no poseen espíritu. Muchos de ellos son. muy inteligentes, pero su inteligencia aún es terrenal. En cambio, el hombre fue creado con un espíritu para que un día, Dios mismo como el Espíritu, pudiera entrar en él. En otras palabras, Dios quiere entrar en el hombre para gobernar el mundo venidero por medio de él. ¡Gracias al Señor!
Dios al crear a Adán lo puso en el huerto de Edén y le dijo algo más o menos así: "Para poder señorear sobre todos los seres creados, tienes que comer del fruto del árbol de la vida. Para sobrevivir, puedes comer de todos los frutos de los demás árboles del huerto, pero no debes comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal" (Gn 2:15-17).
Dios orientó al hombre claramente para que comiera del árbol de la vida. Si Adán hubiera seguido comiendo de este árbol, gradualmente sería coronado de honra y gloria. Así, el propósito de Dios sería alcanzado. Lamentablemente, Adán no obedeció a la palabra de Dios y no comió del árbol de la vida; por el contrario, comió del árbol de la ciencia del bien y del mal, y así el pecado, es decir, la naturaleza pecaminosa, entró en el alma humana (Ro 5:12, 19a).
El interior del hombre pasó a tener la parte del bien y del mal, también una inclinación a Dios. Caín, por ejemplo, quería trabajar en la tierra para ofrecer a Dios del producto de la cosecha. Él quería agradar a Dios, pero Dios no aceptó su ofrenda, porque era el producto del esfuerzo de su alma, y no según Su determinación.
Dios no acepta la parte buena del alma del hombre, y mucho menos la parte mala, que es usada por Satanás. Puesto que nuestra alma recibió una naturaleza maligna, nosotros somos capaces de cometer todo tipo de acciones pecaminosas. Así que, lo que se requiere de nosotros es que obedezcamos a la determinación de Dios (1 S 15:22b).
Punto clave: Crecer en la vida divina y participar en la obra de Dios para ser útil en el reino venidero.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Por qué Dios no acepta lo que proviene del esfuerzo de nuestra alma?
 
JUEVES
Lectura bíblica: SaI 51:5; Jn 19:31-35; Ro 8:3; He 4:15; Stg 1:14-15
Leer con oración:
"Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos (2 Co 5:15).
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición" (Gá 3:13a).
CRISTO ES NUESTRO SUSTITUTO
Como vimos ayer, la naturaleza pecaminosa de Satanás está en el alma del hombre, que lo lleva a pecar, y en esa condición, ningún ser humano podrá gobernar el mundo venidero.
Por eso Dios vino a redimir al hombre. En el Antiguo Testamento, cuando alguien pecaba, tenía que ofrecer un animal como sacrificio. En aquella época, había menos cantidad de hombres que hoy. Asimismo, el mal se multiplicó, y los hombres pasaron a cometer más pecados.
Si un israelita pecaba, tenía que ofrecer un animal como sacrificio. ¡Imagínese cuántos pecados el hombre comete en un solo día actualmente! Si por cada pecado cometido se necesitaba de un animal, ¿cuántos animales serían necesarios para pagar por nuestros pecados? ¡Serian holocaustos interminables! Por esa razón, esta práctica se volvió inviable. Mas ¡Gracias al Señor!, porque Dios mismo se hizo carne y tomó la forma del hombre, muriendo, como sacrificio por nuestros pecados.
Puesto que la carne del hombre es pecaminosa, Satanás lo instiga a pecar (Sal 51:5; Stg 1:14~15). Cuando Jesús nació de María, Satanás también pudo haber encontrado una oportunidad p ara entrar en él. No obstante, el cuerpo de Jesús era especial, pues sólo tenía a semejanza de la carne de pecado, pero sin pecado (Ro 8:3). Él fue tentado en todas las cosas como nosotros, pero no pecó (He 4:15). Así, el Señor estaba calificado para morir en nuestro lugar.
Jesús vivió treinta y tres años y medio, y en la cruz su sangre nos libertó de nuestros pecados. ¡Gracias a Dios! Porque el Señor Jesús no sólo murió, sino que también resucitó para darnos la vida de Dios. iAleluya!
Con respecto a Su muerte creemos que, por Su sangre, Él solucionó el problema de nuestros pecados. Esto es verdad, pero aquí hay una secuencia interesante a la cual debemos prestar atención. Cuando Jesús estaba en la cruz, Él murió primero y después derramó Su sangre. Jesús estaba con una corona de espinas en la cabeza, de donde salía mucha sangre, y en sus dos manos tenía clavos. Si hubieran esperado que saliera la última gota de sangre, esto podía haber llevado dos, o tal vez tres días. El Señor Jesús fue crucificado un viernes y murió seis horas después de haber sido puesto en la cruz.
A petición de los judíos, los soldados de Pilatos fueron para quebrarles las piernas a los criminales crucificados. Probablemente, ellos temían que los crucificados fueran sacados de allí el sábado, y en ese caso, ellos no podrían hacer nada. Pero, cuando los soldados llegaron hasta Jesús, vieron que ya había muerto, por eso no le quebraron las piernas Jn 19:31~33). Entonces, uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua (v. 34). Esto indica que sólo después de Su muerte la sangre fue totalmente vertida. Únicamente Juan vio eso (v.35).
Esta secuencia de haber muerto y el derramamiento de Su sangre es muy significativa, pues indica que el Señor vino primeramente para tratar con nuestra vida del alma, con el viejo hombre. La sangre de Jesús fue derramada para solucionar el problema de nuestros pecados, pero no podemos perder de vista la verdadera preocupación de Dios por el hombre. En realidad, los pecados son la consecuencia de que el hombre vive en sí, por sí y para sí mismo.
Por medio del testimonio de Juan, vemos también que el Señor no sólo derramó Su sangre, sino que también vertió de Su costado agua; por un lado, para que fuéramos redimidos por Su sangre y por otro, para que naciéramos de nuevo, por medio del agua (3:5). El Señor murió y resucitó por nosotros para que no vivamos mas para nosotros mismos, sino para El (2 Co 5:15).
Punto clave: La muerte de Cristo solucionó el problema del viejo hombre y también de nuestros pecados.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Qué hecho significante sobre la muerte del Señor fue abordado el día de hoy?
 
VIERNES
Lectura bíblica: Gn 12: 10; 26: 1-2; 42: 1-2; 1 Co 10:1-11
Leer con oración:
"Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación" (1 P 2: 2) .
EL CAMINO PARA GOBERNAR ES CRECER EN VIDA
El Señor Jesús le dijo a Nicodemo: "el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios" (Jn 3:5). Es imprescindible nacer del agua y del Espíritu. Los estudiosos de la Biblia, en el pasado, consideraban que el agua mencionada en este versículo era el bautismo de Juan el Bautista, pero hoy sabemos que ella se refiere al agua que salió del costado de Jesús (Jn 19:34).
Nosotros, que predicamos el evangelio del reino, necesitamos conocer las verdades habladas por Juan.
Cuando el Señor Jesús fue crucificado, Juan debió tener un poco más de veinte años de edad. Tal vez él habló con Pedro sobre la sangre y el agua que salieron del costado del Señor, pero muchos, por no haberlo visto, pueden haber negado que eso haya ocurrido.
Las personas que no vieron la sangre y el agua no estaban muy cerca del Señor Jesús en el momento de la crucifixión. En aquella época, muchos no creyeron eso, pero nosotros creemos. ¡Gracias al Señor! Por medio del agua que fluyó del costado de Jesús en la cruz, nacimos de nuevo y por medio de la vida divina, podremos entrar en el reino, a fin de gobernar el mundo venidero.
No obstante, muchas veces sentimos que no merecemos gobernar el mundo venidero. Pero el Señor nos ha mostrado que hay un camino para que lleguemos a ser dignos de este gobierno: por medio del crecimiento de la vida divina que está en nosotros, esto sólo será posible si negamos nuestra vida del alma. La medida de la vida de Dios crecida en nosotros, será proporcional a lo que Dios nos entregará del gobierno del mundo venidero.
En el Antiguo Testamento, la historia del pueblo de Israel simboliza la jornada de nuestro vivir cristiano, desde la Pascua (la redención) y el paso por el Mar Rojo (el bautismo), hasta nuestra entrada al reino, es decir, a la buena tierra de Canaán (1 Co 10:1=11).Veamos un poco sobre esto.
El pueblo de Israel atravesó el Mar Rojo, esto significa que nosotros, que recibimos el evangelio de la gracia y fuimos bautizados, ya fuimos librados del mundo del sustento. Pasamos por el Mar Rojo, y esto quiere decir que el mundo actual, que es gobernado por Satanás, fue derrotado por el Señor Jesús.
El adversario de Dios usa tres aspectos del mundo para usurpar al hombre e intentar anularlo en su servicio a Dios. El primer aspecto es el mundo religioso. Muchas personas tienen sus propias religiones, y esto las confunde, sin embargo, sólo necesitamos a Dios. El mundo de la religión puede distraernos y desviarnos del propósito de Dios, llevándonos a adorar ídolos. El segundo es el mundo del pecado. Finalmente, el tercer aspecto que nos ata es el mundo del sustento.
La dificultad de ser libre de los tres aspectos del mundo -la religión, el pecado y, los afanes por el sustento- pueden ser vistos en la vida de Abraham. Además de él, también en sus descendientes, Isaac y Jacob, ellos fueron tentados en el aspecto del sustento (Gn 12:10; 26:1~2; 42:1~2).
Cuando Jacob y sus hijos descendieron a Egipto, eran setenta y cinco personas. Por el hecho de que José, hijo de Jacob, era el gobernador de todo el imperio egipcio, apartó lo mejor de aquella tierra para su familia, los hijos de Israel comenzaron a vivir de una manera cómoda y fácil. Así ellos se multiplicaron mucho y después de cuatrocientos años, eran aproximadamente dos millones de personas. Al ser usurpados por el mundo del sustento, terminaron olvidando a Dios y Su promesa. Este es el riesgo que nosotros también corremos si no somos libres de los afanes por el mundo del sustento.
Punto clave: Ser libres del mundo del sustento.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cuál es el único camino para ser merecedores de gobernar el mundo venidero?
 
SABADO
Lectura bíblica: Ex 1:7-14; 16:8; Nm 14:2, 22-23, 29-30, 36; Jos 5:5-6; Sal 78: 17-19
Leer con oración:
"Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de manode los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel" (Ex 3: 7-.
DIOS QUIERE INTRODUCIRNOS EN LA TIERRA QUE FLUYE LECHE Y MIEL
En Egipto, el pueblo de Israel fue fecundo, se multiplicó y se fortaleció grandemente, a tal punto de que la tierra se llenó de ellos; pero no la subyugaron, sino que
fueron esclavizados por un faraón que no conocía a José. Ese Faraón oprimió a los hijos de Israel y con tiranía los esclavizó (Ex 1:7-14).
Incluso después que Moisés fue enviado a liberar a los israelitas, Faraón no quiso dejarlos partir para celebrar fiesta al Señor. Hoy, esto no es diferente. Las preocupaciones y
los afanes de este mundo tienden a hacer que dejemos de reunimos y de buscar a Dios.
Nosotros, que ya nos consagramos al Señor y fuimos bautizados, no deberíamos ser más esclavos de este mundo. Sin embargo, Satanás aún intenta usurpamos. Él usa las preocupaciones por las cosas legítimas de la vida -como el trabajo, la familia, los estudios, etc.- para intentar impedir que sirvamos al Señor con libertad.
No es muy difícil librarse del mundo de la religión, pues es fácil reconocer a un falso dios. Igualmente, percibimos claramente el mundo del pecado, pero no es muy sencillo escapar del mundo del sustento.
Después de ser sobrecargados por las cosas de este mundo, algunos hermanos incluso continúan yendo a las reuniones, pero no reciben las cargas que Dios nos está dando; no abren sus casas para recibir a los hermanos y a las personas para el cuidado mutuo y la evangelización. Como excusa, inventan muchas justificaciones.
La esclavitud del pueblo de Israel en Egipto revela la acción opresora de Satanás sobre ellos. Dios los sacó de allí, y ellos atravesaron el Mar Rojo, pero eso no solucionó todos sus problemas.
Los dos millones de israelitas que salieron de Egipto estaban libres exteriormente, pero continuaban aún totalmente en su alma, murmurando y rebelándose contra Dios y contra Moisés (Ex 16:8; Nm 14:2,36; Sal 78:17-19). A pesar de haber sido liberados de los tres mundos, aún vivían para sí mismos.
Por esa razón, aun fuera de Egipto, todavía se acordaban de las cosas de su pasado. El corazón de ellos no era agradecido a Dios por haberlos sacado de la esclavitud. Ellos sólo pensaban en la carne, los peces y las hortalizas que comían en abundancia en Egipto. Todos estaban viviendo por las inclinaciones del alma, murmurando, incluso después de haber atravesado el Mar Rojo.
Fueron enviados doce espías para reconocer la tierra por cuarenta días. De los espías, únicamente Josué y Caleb dieron un informe positivo de la tierra; el resto sólo habló palabras negativas que hicieron que el pueblo se desanimara: "Moisés, vas a llevarnos a esa tierra para que muramos. Allá todos son gigantes. Somos como langostas delante de ellos. No vamos a ir allá para morir; nos vamos a morir aqui.
Reconocieron la tierra durante cuarenta días, pero por causa de su incredulidad, tuvieron que vagar por cuarenta años en el desierto hasta que perecieron. Dios los salvó de los tres aspectos del mundo, pero el alma de ellos era demasiado terrible. Por haber puesto al Señor a prueba en diez oportunidades, por no haber obedecido a Su voz y haberle despreciado, menospreciando la tierra que espiaron, Dios los hizo peregrinar cuarenta años hasta que cayeran en el desierto Jos 5:5-6; Nm 14:22-23, 29). Sólo Josué y Caleb entraron en Canaán (v. 30).
Punto clave: No tenemos ninguna relación con el mundo.
Mí punto clave:
Pregunta: ¿Por qué sólo Josué y Caleb entraron en la buena tierra de Canaán?

 
DOMINGO
Lectura bíblica: Ex 30:22-25; Nm 14:24,38; 27:18; Nm 32:11-12; Dt34:9; Jos 14:7-9
Leer con oración:
"No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa" (He 10:35-36).
TENER EL ESPÍRITU Y PERSEVERAR, EN SEGUIR AL SEÑOR
De los doce espías que estuvieron en Canaán, sólo Josué y Caleb, cuarenta años después, entraron a Canaán definitivamente (Nm 14:38; Jos 14:7-9). Todos los demás perecieron en el desierto. Veamos las principales características de estos dos hombres que los hicieron entrar en la buena tierra.
La Biblia dice que en Caleb había otro espíritu (Nm 14:24). De Josué dice, "y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él" (Nm 27:18). Tener el Espíritu significa tener la unción, la comisión de Dios para ejecutar Su voluntad.
Cuando Dios le pidió a Moisés que preparara el aceite de la unción, le pidió que tomara cuatro de las más excelentes especias y junto con el aceite de oliva, hiciera un compuesto (Ex 30:22-25). Como ya vimos anteriormente, el aceite de la unción representa al Espíritu compuesto con el Dios Triuno y toda Su obra, incluyendo Su divinidad y la humanidad de Jesús.
Josué y Caleb fueron considerados dignos de entrar en la buena tierra de Canaán, pues en ellos estaba el Espíritu, la realidad de la unción, y esto hizo que vieran la tierra como Dios la veía, y creyeran en la palabra del Señor como les había sido ordenado. Otra característica importante en la vida de ellos fue el hecho de que perseveraron en seguir al Señor (Nm 32:11-12).
Deuteronomio 8 nos habla de las riquezas de la tierra de Canaán. De manera resumida, representa la herencia de Dios para Su pueblo. Hoy el Espíritu Todo-inclusivo es las arras de esta herencia, es decir, la muestra de todo lo que disfrutaremos en el reino (Ef 1:14). Únicamente quien usa este Espíritu y persevera, puede entrar en la buena tierra.
Moisés impuso las manos sobre Josué para que lo sucediera en el liderazgo del pueblo para entrar a la buena tierra de Canaán, y así él fue lleno del espíritu de sabiduría con el propósito de conducir al pueblo (Dt 34:9). Por eso nosotros también necesitamos buscar al Espíritu, por medio de invocar el nombre del Señor, para que el Espíritu que está en nosotros nos llene de sabiduría y nos fortalezca para conducir a otros a reinar en el mundo venidero, la realidad de la buena tierra.
Necesitamos dejar que todo lo que es del alma caiga y muera en el desierto -la incredulidad, las murmuraciones, la rebelión, las palabras negativas- y seamos como Josué y Caleb, que perseveraron en seguir al Señor. Si procedemos así, obtendremos el galardón de reinar con Cristo en la era venidera.
Punto clave: Buscar al Espíritu por medio de invocar el nombre del Señor.
Mi punto clave
Pregunta: ¿Qué representa el aceite de la santa unción?
Lecturá de apoyo:
"Las inescrutables riquezas de Cristo" - cap. 10 - Dong Yu Lan.