La carne y el espíritu (11)
LA IMPORTANCIA DE NUESTRO ESPIRITU HUMANO
Ahora consideremos la importancia de nuestro espíritu humano. Zacarías 12:1 dice que Dios extendió los cielos, fundó la tierra, y formó el espíritu del hombre dentro de él. En todo el universo, aparte de Dios, sólo hay tres cosas cruciales: los cielos, la tierra y el espíritu humano. Job 32:8 dice: “Ciertamente espíritu hay en el hombre”. Tenemos un espíritu en nosotros, y ése es el órgano con el cual nos relacionamos con Dios y le recibimos.
Proverbios 20:27 dice que el espíritu del hombre es la lámpara del Señor. Esta lámpara necesita aceite. Nuestro espíritu es la lámpara de Dios, y Dios es el aceite para esta lámpara. Juan 4:24 dice que Dios es Espíritu, y los que le adoran, deben adorar en espíritu. Si queremos tocar a Dios, adorarle, necesitamos hacerlo en el espíritu.
Juan 3:6 dice: “Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. Después de nacer de nuevo, nuestro espíritu no es simplemente un espíritu humano debido a que ahora tiene al Señor Jesús y al Espíritu Santo. El Espíritu da testimonio juntamente con nuestro espíritu (Ro. 8:16). Esto significa que el Espíritu Santo obra juntamente con nuestro espíritu humano. Nuestro espíritu también tiene gracia dentro de sí. Nuestra carne es una composición, constituida del pecado, la muerte y Satanás. Nuestro espíritu también es una composición, constituida de Cristo, el espíritu y la gracia.
DOS ORGANOS Y TRES PERSONAS
El hombre tiene dos órganos: el cuerpo, un órgano externo, y el espíritu, un órgano interno. Entre esos dos está nuestra persona, es decir, el alma humana (1 Ts. 5:23). Nuestra alma es nuestro yo, nuestra persona. El cuerpo es el órgano externo con el cual percibimos las cosas físicas o materiales. Nuestro espíritu es el órgano interno con el cual nos relacionamos con Dios. Por medio de la caída el diablo, Satanás, entró en nuestro órgano externo, el cuerpo humano. Cuando fuimos regenerados, el Señor Jesús entró en nuestro órgano interno, nuestro espíritu humano.
También tenemos que comprender que como cristianos tenemos tres personas. La primera persona es uno mismo en su alma, su ser. La segunda persona es Satanás, quien está en la carne de uno. La tercera persona es Cristo, quien está en el espíritu de uno. Esta clase de verdad ha sido ignorada hoy, nadie la ha visto. La mayoría de las enseñanzas y sermones que se predican están en la esfera de la ética y la moralidad, no en la esfera que Pablo presentó en el libro de Romanos. En el libro de Romanos no hay conceptos morales ni éticos, sino el concepto que hoy en nuestro espíritu están Jesucristo, el Espíritu y la misma gracia de Dios. Dios no desea que seamos simplemente éticos y morales, pero sí que caminemos según este maravilloso espíritu compuesto. Dios quiere que vivamos en este espíritu compuesto y que nos conduzcamos cada minuto en conformidad con el espíritu compuesto.