UNA VIDA REGIDA POR EL REINO
Lectura bíblica: Ez. 28:11-19; Is. 14:12-20; Ap. 12:3-4; Ro. 14:17; 1 Co. 3:9; 5:1-5; 6:6-7, 9-10; 3:13-15; Mt. 24:38-51; 25:1-30
¿Qué es un reino? Un reino es un régimen, un gobierno; y el reino de Dios simplemente se refiere al régimen y gobierno de Dios. Desde la eternidad y hasta la eternidad, Dios es el Rey, el Soberano todopoderoso que rige el universo. Todo el universo, desde la eternidad y hasta la eternidad, es el reino de Dios. Según Ezequiel 28:11-19 e Isaías 14:12-20, uno de los arcángeles, Lucifer, se rebeló en contra de Dios, y un grupo de ángeles lo siguió en su rebelión (Ap. 12:3-4). Después de que el hombre fue creado, Lucifer, quien es Satanás, también indujo a éste a rebelarse. Debido a estas dos rebeliones —la de Satanás con sus ángeles y la del hombre— el gobierno de Dios ha sido grandemente estorbado, puesto a prueba y atacado. En lugar de estar bajo el régimen divino, la tierra se ha sometido al control de Satanás, que opera en el hombre caído. En esto consiste el reino terrenal. Cuando el Señor Jesús vino a la tierra al encarnarse, casi toda la tierra formaba parte del reino terrenal controlado por Satanás y el hombre. El Señor Jesús vino para llevar a cabo el propósito de Dios, trayendo Su reino a este mundo. La intención de Dios consiste en que la tierra se someta al control de los cielos; por este motivo El debe traer Su reino a la tierra. Toda la tierra debe obedecer al régimen celestial. El Señor Jesús vino a sujetar la tierra bajo el gobierno del reino de los cielos.
Por este motivo, Juan el Bautista proclamó: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mt. 3:2). El hombre necesitaba arrepentirse y sujetarse al gobierno celestial. Cuando el Señor Jesús vino con el reino de los cielos, El fue rechazado por el pueblo judío, así que se volvió a los gentiles y estableció Su iglesia entre ellos. En la esfera de la iglesia, El trajo todas las cosas bajo el régimen de los cielos; en la iglesia está el gobierno celestial, y allí está la realidad del reino de los cielos. Durante la era de la iglesia, sin embargo, el reino de los cielos no se ha manifestado abiertamente; más bien, es un régimen celestial cuyo gobierno rige de manera misteriosa y oculta. No obstante, la realidad del reino de los cielos está presente, aunque todavía no se ha manifestado. En la iglesia, por lo menos algunos cristianos son regidos por el gobierno celestial; por tanto, la realidad del reino de los cielos está con ellos.
Cuando el Señor regrese, El subyugará el mundo, y los reinos de este mundo vendrán a ser el reino de nuestro Señor. En aquel tiempo el reino de los cielos se manifestará abiertamente (Ap. 11:15); vendrá a ser el poder gobernante y regirá de manera abierta, ya no de modo misterioso y oculto. Hoy en la esfera de la iglesia, el reino de los cielos rige de manera misteriosa; pero en aquel tiempo, se manifestará públicamente. El reino de los cielos simplemente es el régimen celestial. Si usted está en la realidad del reino de los cielos, está sujeto al gobierno celestial.
Al entregar el reino de los cielos a la iglesia, el Señor Jesús trasladó a un grupo de personas fuera del mundo y las puso bajo el gobierno celestial. Por medio de la regeneración, los cristianos entran al reino de los cielos; esto significa que, por medio de un nuevo nacimiento, el cristiano es hecho un súbdito de este reino. Aunque la regeneración nos da un comienzo maravilloso, no son muchos los que están dispuestos a ser regidos por los cielos. Por lo tanto, a pesar de haber sido regenerados y salvos por el Señor, muchos cristianos viven derrotados. Tuvieron un buen comienzo, pero no continuaron del mismo modo. Estos creyentes fueron introducidos al reino por medio de su nuevo nacimiento, pero no continuaron en el reino porque no estuvieron dispuestos a ser regidos por el gobierno celestial. Los creyentes genuinos, que son parte de la iglesia, fueron regenerados y entraron al reino de los cielos, pero muchos de ellos viven derrotados. Sólo un número reducido de estos creyentes lleva una vida que vence. Los vencedores son aquellos que están dispuestos a sujetarse al gobierno del reino de los cielos; son aquellos que están dispuestos a vivir, andar y actuar conforme a las enseñanzas del Señor respecto a la realidad del reino, las cuales están contenidas en los capítulos del cinco al siete de Mateo. Ellos han sido santificados, vencen el pecado, el yo, la carne y el mundo, y están en el proceso de ser transformados.
Permítanme referirles algunos ejemplos que nos ayudarán a entender lo que significa estar sujetos al gobierno celestial. En la universidad hay muchos estudiantes que no son salvos; además hay otros que sí lo son, que han sido regenerados, pero que no son victoriosos sino que son creyentes derrotados. Sólo una reducida cantidad de cristianos viven en victoria. Puesto que la mayoría de los cristianos son desobedientes, es necesario que la administración de la escuela los controle; sin embargo, si usted es un cristiano que se sujeta al gobierno del reino de los cielos, no necesitará que la administración de la escuela lo controle. Por ejemplo, si los reglamentos señalan que las luces deben apagarse a las 10:30 p.m., usted no debería necesitar que alguien llegue a esa hora y lo obligue a cumplir esta regla. Es posible que los incrédulos y los cristianos derrotados cubran la lámpara encendida y continúen leyendo hasta las dos de la madrugada. Si usted hiciera semejante cosa y se somete al gobierno del reino de los cielos, ciertamente se arrepentirá e irá a la dirección de la escuela para disculparse, ofreciendo pagar cualquier cargo adicional por la electricidad que usó. Si usted está sujeto al gobierno del reino de los cielos, no hay necesidad de que alguien lo controle. Si necesitamos de policías que nos controlen, esto significa que somos cristianos derrotados. Debemos ser personas celestiales que estén bajo el gobierno celestial, que no necesitan ningún otro tipo de control.
Si se presenta la oportunidad, tanto las damas cultas como los caballeros educados roban de vez en cuando. Esto demuestra que ellos se encuentran bajo el control del gobierno terrenal, y no están sujetos al gobierno de los cielos. Si la policía no estuviera presente en las ciudades importantes, ¡qué confusión y caos habría! Esto se debe a que hoy el hombre está bajo el control y gobierno terrenales, y no se somete al gobierno del reino de los cielos.
Pero nosotros, el pueblo celestial, debemos estar sujetos a la autoridad del reino de los cielos; ésta es la realidad del reino de los cielos. La intención de Dios al regenerarnos es que vivamos bajo la autoridad de Su gobierno celestial; pero muchos de nosotros, después de haber sido regenerados, no estamos dispuestos a ser gobernados por el reino de los cielos. Estamos en la iglesia, pero no en la realidad del reino de los cielos.
El reino de los cielos pertenece a aquellos que son pobres en espíritu, de corazón puro, mansos, cuya justicia excede a la de los fariseos y que hacen la voluntad de Dios. El que viva de tal manera está en el reino de los cielos, y dicho reino le pertenece. La Palabra no dice que será de nosotros, sino que es de nosotros (Mt. 5:3). Cuando somos puros de corazón y pobres en espíritu, el reino es nuestro; esto significa que estamos en el reino de los cielos ahora, y que estamos sujetos a su gobierno. Continua…
W. Lee
¡Jesús es el Señor!