NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES (Semana 6)
Renovados por la práctica de la palabra
Semana 6 - El perfeccionamiento de los santos para la obra del ministerio
Lunes
Leer con oración:
Jn 5:39; 6:63; 14:6; 2 Ti 2:2; 3 Jn 4
““Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros” ”(EJERCITAR EL ESPÍRITU PARA EXTRAER VIDA DE LA PALABRA)
EJERCITAR EL ESPÍRITU PARA EXTRAER VIDA DE LA PALABRA
En las últimas semanas hemos visto la importancia de leer la Biblia de una manera nueva, usando nuestro espíritu para extraer vida de la Palabra. Lo que el Señor espera de nosotros es que sepamos aplicar las verdades que hemos oído y que ayudemos a los hermanos, por medio de nuestras experiencias, tal como lo hicieron los apóstoles Pedro y Juan en su madurez, cuando escribieron sus epístolas.
Todas las verdades que hemos oído forman parte de la Fe, que es el contenido de la economía neo testamentaria de Dios. Esa Fe también es el mismo Hijo de Dios, conforme a lo que leemos en Gálatas 2:20. Antes de eso, en Juan 14:6, el mismo Señor Jesús dijo que Él es la verdad. En otras palabras, la verdad es una persona viva.
Al mirar nuevamente la figura del avión (ver la ilustración de la pág. 93), que representa la economía de Dios en el Nuevo Testamento, vemos que una de sus alas prefigura el libro de Colosenses, donde nos es revelado Cristo como la Cabeza del Cuerpo, de la iglesia (Col 1:18). Sin Él, todo es vacío; sin Él, no tenemos nada. La otra ala representa al libro de Efesios, que muestra a la iglesia como el Cuerpo de Cristo (Ef 1:22-23), donde todos los miembros reciben vida y funcionan. Para que la economía de Dios “levante vuelo” y la voluntad de Él se cumpla, el contenido de la Fe, que es Cristo mismo, necesita ser transferido a la fe subjetiva de los miembros de Su Cuerpo, y esto ocurre poco a poco, siempre que ejercitamos nuestro espíritu y practicamos la Palabra.
Transmitir las verdades es algo muy importante y forma parte de nuestra función en la iglesia (2 Ti 2:2) pero, después de eso, necesitamos ayudar a los hermanos a practicarlas.
Punto Clave: Ejercitar el espíritu nos lleva a practicar las verdades.
Pregunta: ¿Cuál es el enfoque actual del Señor con relación a las verdades contenidas en la Palabra?
Martes
Leer con oración:
Ef 1:3-14; 2:1-10; 3:2, 17; 4:7-12
““Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” ”(Ef 4:11-12)
EL PERFECCIONAMIENTO DE LOS SANTOS PARA LA OBRA DEL MINISTERIO
Efesios 1 nos muestra el resumen de la economía neo testamentaria de Dios. La esencia de Su plan es rescatar al hombre, por medio del perdón de los pecados, e infundir Su vida, de modo que las personas sean transformadas de inútiles en útiles, para gobernar con Él en el mundo venidero.
En el capítulo 2, vemos los elementos constituyentes de la iglesia y el modo cómo la misericordia de Dios nos alcanzó (vs. 1-10). El capítulo 3, por su parte, habla de los mayordomos, que cooperan con Dios en el cuidado de los miembros del Cuerpo de Cristo. Los oikónomos son los verdaderos “mesoneros” o “garzones” espirituales, que alimentan a las personas con el evangelio completo, especialmente con el evangelio del reino, por medio de los libros espirituales. Al hablar del mayordomo, Pablo ora para que seamos arraigados y cimentados en el amor que viene del Señor (v. 17).
En los capítulos 4 al 6, Pablo nos muestra los cinco tipos de andar cristiano: andar en la gracia, en la verdad, en amor, en la luz y en el espíritu. Sin embargo, nuestro énfasis esta semana estará en el perfeccionamiento de los santos para la obra del ministerio.
En Efesios 4, leemos que “él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros” (v. 11). Aquí vemos a algunos mayordomos que fueron especialmente preparados por el Señor para perfeccionar a los santos. Por tanto, esos hombres que Dios dio a la iglesia no son para sustituir el funcionamiento normal de los miembros del Cuerpo de Cristo. El avión, que representa la economía neo testamentaria de Dios, no despegará si el ala que corresponde a la iglesia tiene sólo a un grupo que funciona, mientras una gran mayoría de los miembros permanece inactiva. El objetivo del perfeccionamiento es hacer que todos desempeñen su servicio, es decir, funcionen dando su justa cooperación, para la edificación del Cuerpo de Cristo (v. 12). De esa manera, el “ala” podrá funcionar y el “avión levantará vuelo”, cumpliendo toda la economía neo testamentaria de Dios.
Punto Clave: Todos necesitamos ser perfeccionados.
Pregunta: ¿Cuál es la función de los hombres-dones que Dios concedió al Cuerpo de Cristo?
Miércoles
Leer con oración:
Mt 16:25-26; 24:3-14; 28:19; Ef 4:11-13
““No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” ”(Mt 7:21)
LOS DOS ASPECTOS DEL PERFECCIONAMIENTO
Ayer vimos que el Señor desea que todos los miembros del Cuerpo sean perfeccionados. Por un lado, tenemos el asunto del crecimiento de la vida divina en nosotros, lo que sólo podrá ocurrir si negamos nuestra vida del alma, liberando espacio para que la vida de Dios entre. Nuestra alma es como un vaso de agua: si está lleno, no se puede poner más agua en su interior. Cuando creímos en el Señor Jesús e invocamos Su nombre, nuestro espíritu fue salvo y la vida de Dios entró en nosotros. Sin embargo, nuestra alma aún permanece como estaba anteriormente a la salvación, totalmente llena del ego, con una vida independiente de Dios. Mediante Su vida en nuestro espíritu, Dios desea dispensar más de la vida divina a nuestra alma, pero el “vaso” aún está “lleno”. La solución es vaciarlo, y hacemos eso cuando nos negamos a nosotros mismos, no sólo rechazando el lado malo de nuestra vida del alma, sino también su lado bueno. Para recibir la herencia del Padre, necesitamos alcanzar la madurez por medio de este proceso continuo de perder la vida del alma y ganar la vida de Dios (Mt 16:25-26; Ro 8:17).
Por otro lado, necesitamos preocuparnos del aspecto de la obra. Todos fuimos creados en Cristo para buenas obras (Ef 2:10). Esto no se trata de hacer nuestra propia obra y buscar nuestra gloria personal, sino de hacer la obra de Dios. A medida que la vida de Dios crece en nosotros, Él nos confiará ciertas obras. Por ejemplo, un bebé no necesita preocuparse por ayudar a sus padres en las tareas de la casa. Antes, todo lo que él necesita hacer es alimentarse adecuadamente. Sin embargo, cuando crece y alcanza determinada edad, necesita asumir responsabilidades a fin de serle útil a la sociedad. Igualmente, el crecimiento normal de la vida de Dios en nosotros nos hace útiles para Su obra, que consiste en realizar Su voluntad.
En Mateo 24:14 leemos: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Esa es la comisión de Dios para nosotros. Actualmente podemos ver muchas señales del fin de los tiempos, como por ejemplo, los terremotos en China y en otras partes del mundo, los conflictos en Egipto y Siria, etc. Sin embargo, aún no es el fin. Todavía falta completar la obra de la predicación del evangelio del reino, iniciada por el mismo Señor Jesús cuando estuvo en la tierra.
Para realizar esa obra, Efesios 4:11-12 habla del perfeccionamiento de los santos para la edificación del Cuerpo de Cristo. Este Cuerpo no está formado por un pequeño grupo de personas, sino por todos aquellos que fueron redimidos por la sangre de Cristo y regenerados con la vida de Dios. Por tanto, nuestro encargo no es edificar sólo al grupo con el cual nos reunimos, sino a todos los hijos de Dios. De manera práctica, los libros espirituales nos ayudan a llevar el evangelio del reino a muchos lugares donde no podemos estar físicamente.
Por eso, no podemos vivir la vida de la iglesia teniendo como fin solamente nuestro propio crecimiento de vida. A cada uno de nosotros se le dio una comisión importante, que es predicar el evangelio del reino y promover la edificación del Cuerpo de Cristo.
Punto Clave: Completar la obra de predicación del evangelio del reino.
Pregunta: ¿Cuánto ha crecido en la vida divina estos últimos meses?
Jueves
Leer con oración:
Mt 25:14-30; 1 Co 12:1-6; Ef 4:7
““Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo” ”(Lc 19:12-13)
NEGOCIAR LOS DONES QUE RECIBIMOS, HASTA LA VENIDA DEL SEÑOR
En Primera de Corintios 12, al hacer un relato sobre los dones espirituales, Pablo comienza hablando de invocar el nombre del Señor Jesús. El día que fuimos salvos y recibimos la vida de Dios, también recibimos dones espirituales. Los dones son inherentes a cada tipo de vida. Por ejemplo, no necesitamos enseñarles a las aves a volar ni a los patos a nadar. Igualmente, cuando recibimos la vida de Dios en nuestro espíritu, ella trajo consigo Sus dones. El primer don que recibimos fue invocar el nombre del Señor: “Nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo” (v. 3). En otras palabras, cada vez que invocamos el nombre del Señor, estamos hablando por el Espíritu Santo. Puesto que este es el primer don, también es la mayor de las verdades. Cuando invocamos “Oh Señor Jesús”, nacemos de nuevo. Continuamente invocamos este nombre, porque nos mantiene vivos espiritualmente.
Además de los dones, Pablo nos presenta los ministerios y las operaciones (vs. 4-6). Los dones nos fueron dados por el Espíritu, y son diversos, pero el Espíritu es el mismo. También hay diversidad de ministerios (servicios), pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios mismo es quien opera todo en todos. ¿De qué manera Dios logra hacer que los miembros del Cuerpo de Cristo sean perfeccionados?
Por medio de ejercitar esos dones que el Espíritu nos concedió.
Tras morir y resucitar, el Señor Jesús produjo la iglesia y concedió dones, los cuales deben ser negociados por cada uno de Sus hijos. El Evangelio de Mateo (25:14-30) nos muestra que cada uno recibió los talentos conforme a su capacidad: uno recibió cinco, otro dos y otro, uno. El que recibió cinco talentos los negoció y ganó otros cinco, y aquel que recibió dos talento ganó otros dos (vs. 20-23). Pero el que recibió un talento, en vez de negociarlo, lo enterró. Es como si él hubiera dicho: “Señor, yo no sé hacer muchas cosas, por eso mejor no me llames para predicar el evangelio o para orar por las personas. No quiero servir ni tampoco sé explicar la Biblia. Prefiero simplemente ir a las reuniones de la iglesia, quedarme sentado y tranquilo, sin tener que ejercitar mi espíritu”. Cuando el Señor de aquel siervo volvió, le dijo: “Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses” (vs. 26-27).
Necesitamos invertir, ser emprendedores del reino, ejercitar el don que recibimos inicialmente a fin de obtener otros. De manera práctica, entregar nuestros talentos a los banqueros significa estar junto con aquellos que pueden ayudarnos a negociar los talentos que tenemos. A pesar de tener dificultades para predicar el evangelio y cuidar a las personas, siempre podemos estar cerca de aquellos que han sido más perfeccionados para aprender de ellos a ejercitar nuestros dones. De esa manera, cuando el Señor vuelva, tendremos algo que presentarle.
Punto Clave: Negociar los talentos que Dios nos confió.
Pregunta: ¿De qué manera podemos entregarles a los “banqueros” nuestro talento, si tenemos dificultades para negociarlos?
Viernes
Leer con oración:
Hch 6:4; 1 Co 14:31; 16:15; 2 Co 9:7; Fil 1:3-5; 4:15-17
““Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora” ”(Fil 1:3-5)
EL EJERCICIO CONTINUO DE LOS DONES PRODUCE MINISTERIOS
Ayer vimos que todos necesitamos ser perfeccionados. A muchos entre nosotros tal vez les cuesta predicar el evangelio y hacer colportaje por causa de su timidez. Cuando esto sucede, lo mejor que podemos hacer es salir con los hermanos, aunque no digamos nada, sólo para estar con ellos. En la parábola de Mateo 25, el Señor le dijo al que recibió un talento que, en vez de esconderlo, debía haberlo entregado a los banqueros. Entonces, el primer paso es estar junto con aquellos que saben negociar sus talentos. Al hacer esto, con el paso del tiempo, aprenderemos a usar nuestro talento, del mismo modo como un niño aprende a caminar.
Si ejercitamos continuamente nuestros dones, éstos llegarán a ser ministerios. Por ejemplo, de tanto invocar el nombre del Señor, esto se convierte en un ministerio para nosotros. Un bebé no nace caminando, pero tiene el don de caminar; poco a poco comienza a gatear, a dar los primeros pasos, y desarrolla ese “ministerio” por medio del ejercicio y los intentos que hace, hasta alcanzar su objetivo que es andar de manera confiada e independiente. Después de esa etapa, caminar será automático. Por tanto, en la vida de la iglesia, necesitamos ejercitar nuestros dones y luego, éstos llegarán a ser ministerios, es decir, serán parte nuestra.
Podemos clasificar los ministerios en tres categorías: de la Palabra, de los servicios y de las ofrendas de riquezas materiales. Por medio del ministerio de la Palabra, podemos hablar por Dios y predicar el evangelio, llevando a las personas a invocar el nombre del Señor. Todo lo que disfrutamos al leer la Biblia y los libros espirituales necesitamos transformarlo en palabras para alimentar a nuestros hermanos e incluso a aquellos que aún no creen en el Señor. Él necesita a muchos ministros que tengan el ministerio de la Palabra, porque, a través de ella, la verdad alcanza a las personas y la Fe puede ser infundida dentro de ellos. Los apóstoles, profetas y evangelistas tienen el ministerio de la Palabra (Hch 6:4), y nos perfeccionan para que no sólo tengamos el don, sino el ministerio de hablar por Dios.
En segundo lugar, tenemos el ministerio de los servicios, que es una manera de practicar la verdad. Podemos servir, por ejemplo, en el Bookafé, o abriendo nuestras casas para la oración. Quizá estábamos acostumbrados a ser servidos, pero ahora, como mayordomos que llevan la Fe a otras personas, necesitamos aprender a servirles (Mr 10:45; 1 Co 16:15).
El objetivo del ministerio de las ofrendas de riquezas materiales es llevar adelante la obra de Dios, que es la predicación del evangelio del reino, pues, para que eso suceda, necesitamos los recursos financieros. A pesar de eso, la provisión no viene de donaciones, de una forma común, sino por ejercitar el don de ofrendar, siempre que surja una necesidad especial en la obra de expansión; además de nuestro diezmo (2 Co 9:7; Fil 1:3-5; 4:15-17). De tanto ofrendar con libertad, desarrollaremos el ministerio de las riquezas materiales, y abriremos camino para que Dios opere abundantemente.
Punto Clave: El ejercicio de los dones abre camino a las operaciones de Dios.
Pregunta: ¿Cómo podemos clasificar los diferentes ministerios, según el texto anterior?
Sábado
Leer con oración:
Hch 16:13; 1 Co 9:16, 23; 1 Ti 2:3-4
““Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él” ”(1 Co 9:23)
LA MANERA ACTUAL DE PRACTICAR LAS VERDADES (1)
Con relación a las verdades, necesitamos tener tres actitudes: primeramente, conocer, luego transmitir y, principalmente, practicar. Pero, ¿cómo podemos practicar las verdades en nuestro día a día?
En primer lugar, el Señor nos dio la vida de la iglesia. No se trata de un templo o un culto semanal los domingos, sino del Cuerpo de Cristo, formado por miembros que necesitan ser apacentados por nosotros. También hay muchas otras oportunidades de servir. Recientemente, el Señor nos mostró el encargo del Bookafé, un ambiente agradable para llevar el evangelio a las personas por medio de la literatura saludable. El énfasis del Bookafé no está en el café o la comida, sino en la propagación del evangelio del reino por medio de los libros. Al comienzo, algunos no entendieron la importancia de esta herramienta, pero cuando tomamos la iniciativa de aplicarla, incluso sin haber tenido contacto o experiencia alguna en el área alimenticia, en poco tiempo pudimos ver los frutos. Hoy tenemos más de 500 Bookafés en todo el mundo, y los testimonios que oímos son muy alentadores. ¡Gracias al Señor!
Podemos decir que, de una manera general, practicar las verdades es cuidar aquello que el Señor nos dio y estar involucrados con el encargo actual del Señor. A partir del momento en que asumimos la responsabilidad de cuidar de las cosas de Dios, Él nos dará lecciones de cómo administrarlas. Hoy, en la tierra, las cosas de Dios no incluyen sólo las bendiciones espirituales, sino principalmente a las personas, y también los bienes materiales. Muchos hermanos han sido ayudados en estos dos puntos, por involucrarse con el encargo del Bookafé. Lo más importante es disponernos para ser perfeccionados y entonces podremos ver al Señor abriendo las puertas, pues Él es el principal interesado en alcanzar a todas las personas. Por esa razón, cuando hablamos del Bookafé, lo fundamental es que la palabra del reino llegue a las personas.
Punto Clave: Asumir la responsabilidad de cuidar de las cosas de Dios.
Pregunta: ¿Cuál es el gran objetivo del Bookafé y porqué ha sido un instrumento útil para la propagación del evangelio del reino?
Domingo
Leer con oración:
2 Ti 4:1-2; Ap 1:3
““Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado” ”(2 Ts 3:4)
LA MANERA ACTUAL DE PRACTICAR LAS VERDADES (2)
El perfeccionamiento para la obra del ministerio comprende tres aspectos principales: La Palabra, los servicios y las ofrendas de riquezas materiales. Cuando somos perfeccionados en estos ministerios, estamos aprendiendo a administrar los recursos que el Señor nos dio, especialmente el cuidar a las personas.
De un tiempo a esta parte, los hermanos de la región del norte de Brasil están siendo alentados a abrir lo que hemos llamado Bookafés caseros. Después de ser perfeccionados en el CEPPEV que queda en Manaus, a los cepevistas les fue encomendado cuidar del eje entre las ciudades de Manaus-AM y Porto Velho-RO, donde hay muchas comunidades ribereñas y el acceso sólo es posible por medio de barcos. Las personas contactadas serán alentadas a abrir sus casas para que sean un lugar de oración, utilizando pancartas o afiches sencillos del Bookafé y principalmente varios libros, especialmente el Alimento Diario, para así nutrirlas espiritualmente. En poco tiempo, decenas de nuevos convertidos se estarán reuniendo en esas casas y practicando el cuidado mutuo.
El Bookafé casero es una nueva forma que el Señor nos ha dado para ayudar a las personas. Podemos comenzar orando con nuestra familia por las personas cercanas a nosotros – amigos, vecinos, familiares y compañeros de trabajo – y luego invitarlas a reunirse en nuestra casa para leer un libro espiritual con ellas. Aunque se nos haga un poco difícil al principio, el Señor nos hablará mediante aquellas palabras.
Otra forma de renovar nuestra manera de vivir la vida de la iglesia está en el CEPPEV. Muchos hermanos han apartado un tiempo para ir al CEPPEV y allí ser perfeccionados y recibir el encargo por la predicación del evangelio y el colportaje. En ese ambiente, podemos ser alentados y “contagiados” por el espíritu del colportaje, que es llevar vida a todas las personas a través de la literatura saludable.
Si recibimos el encargo de leer los libros espirituales, tendremos un mayor impacto al contactar a las personas con las herramientas que el Señor nos ha dado para propagar el evangelio del reino, como el Bookafé y el colportaje. A fin de cultivar ese hábito saludable entre nosotros, hemos alentado a las iglesias a formar pequeños grupos de lectura, con encuentros semanales, donde podemos leer los libros colectivamente para ganar más de la vida de Dios y suplir a otros con alimento espiritual. Leer con los otros es mucho mejor que cuando leemos solos.
Los testimonios citados anteriormente nos muestran las diferentes formas de practicar la verdad actual y, de esa manera, ser perfeccionados para la obra del ministerio. El Bookafé, el colportaje y el CEPPEV son todos instrumentos para ayudarnos a cuidar a las personas, y esa es la comisión del Señor para nosotros hoy.
Punto Clave: ¡Practicar las verdades está al alcance de todos!
Pregunta: ¿Qué ha hecho para practicar las verdades contenidas en la Palabra?
Dong Yu Lan
¡Jesus es el Señor!