NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES
Los siervos en el ministerio de Juan (Ap 1:1-2).
Semana 13
MARTES
Lectura Bíblica: (Jn 13:12-17; 21:2, 15-23; Ef 4:11-12)
Leer con oración:
“Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Fil 2:3-4).
APRENDER A SERVIR EN COORDINACION
En Juan 21, leemos que el Señor le dijo a Pedro que, mientras fuera joven, hacia las cosas a su manera, pero cuando envejeciera, extendería sus manos y otra persona lo ceñiría y lo llevaría a donde no quería (v,18). Aquí ser joven o viejo tiene un sentido figurado, y se refiere a la madurez espiritual, es decir, ser inmaduro o maduro espiritualmente. Esto muestra que, cuando alcanzamos el crecimiento de la vida divina, no actuamos de una manera individualista ni realizamos las cosas conforme a nuestro parecer; antes somos guiados y restringidos por el Espíritu, que nos lleva a servir a Dios en coordinación con los demás hermanos.
Por el Espíritu, hemos aprendido que Dios no quiere que tengamos la capacidad de servirle solos. Él no desea que seamos autosuficientes en nuestro servicio. Igualmente, las iglesias no pueden estar aisladas las unas de las otras, pues Dios necesita que nos coordinemos mutuamente, perfeccionándonos en amor. De esta forma, podemos aprender con los otros y ser edificados, ejercitando el espíritu y sirviendo en amor.
Dios nos ha dado diversas herramientas para servirlo, como el CEPPEV, el colportaje, el BooKafé y los lugares de oración. El uso de estas herramientas es importante, pero ellas solo producirán el debido resultado si negamos la vida del alma al utilizarlas y aprendemos a servirlo en coordinación con otros. El ministerio del apóstol Juan en su madurez muestra que el principio de nuestro servicio a Dios es vaciarnos y humillarnos, en vez de imponerle a otros nuestras ideas y opiniones. También debemos reconocer que necesitamos a los otros hermanos (Jn 13:12-13).
Cuando el Señor le dijo a Pedro que, cuando fuera mas viejo, el extendería las manos y otros lo ceñirían y llevaría a donde no quería, Juan que estaba a su lado, también lo oyó. Pedro se incomodó con aquellas palabras: “Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de Él, y le había dicho: Señor; ¿Quién es el que te ha de entregar? Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor ¿Y que de este?” (21:20-21). Esto demuestra que Pedro aun no tenia discernimiento suficiente para aplicar la Palabra a su experiencia. En cambio, Juan estaba atento a las palabras del Señor, si bien Él estaba hablando con Pedro. Esta actitud de Juan tiene un gran significado y constituye una gran lección para nosotros.
Juan observaba de cerca la experiencia de Pedro, pues siempre estaba a su lado. Asi, cada vez que Pedro era corregido por el Señor o cuando recibía alguna lección, Juan consideraba esas cosas y las guardaba en el corazón. El percibía que el Señor quería usar a Pedro para perfeccionar a los demás discípulos porque, a pesar de estar presentes allí los siete discípulos (v.2), el Señor en determinado momento hablaba específicamente con Pedro (vs.15-23).
Alabamos al Señor por el vivir del Cuerpo, en el cual somos perfeccionados mutuamente. También el Señor designa a algunos hermanos, los hombres-dones para perfeccionar a los santos (Ef 4:11-12). Seamos sensibles al Espíritu, aprovechando todas estas situaciones que nos suceden a nosotros y a los demás hermanos para aprender lecciones y ser perfeccionados.
Punto clave: Reconocer que necesitamos a los hermanos para servir a dios adecuadamente.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Por qué podemos decir que el Señor quería usar a Pedro para perfeccionar a los demás discípulos?
NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES
Los siervos en el ministerio de Juan (Ap 1:1-2).
Semana 13
MIERCOLES
Lectura Bíblica: (Jn 21:18; Ro 12:5; Ef 1:22)
Leer con oración:
“Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Jn 13:14-15).
EL CAMINO PARA APRENDER A SERVIR A LOS HERMANOS
El Señor desea que crezcamos en vida para que estemos listos para el establecimiento de Su reino en el mundo venidero. Sin embargo, hoy necesitamos ser obedientes a Su Palabra, negando la vida del alma. Esta es la mayor obre que Dios desea realizar en nuestra vida.
Al llamarnos para servirle, el Señor siempre designará a personas, igualmente llamadas por El, para servir a nuestro lado. Cuando nos involucramos en el servicio junto con otros hermanos, muchas veces usamos nuestra capacidad natural para hacer las cosas, según nuestras opiniones. En este contexto es muy común que surjan conflictos, pues cada uno desea hacer algo a su modo. Por esa razón, necesitamos aprender a ser restringidos, extendiendo nuestras manos y permitiendo ser ceñidos por los otros. Esto es lo que vemos en Juan 21:18, cuando el Señor le dijo a Pedro que otro lo ceñiría y lo conduciría. Este versículo deja en evidencia, de manera inequívoca, que el Señor siempre designara a otros para conducirnos, pero para ello necesitamos extender nuestras manos.
Por el ejercicio del espíritu somos capacitados para comprender el misterio de Juan en su madurez. Percibimos que el camino para llenarnos del espíritu y la vida es humillarnos y vaciarnos. Esto no significa que dejaremos de tener opiniones, pero aprenderemos a no imponerlas sobre los demás, manteniéndola unidad del Espíritu. Si aplicamos esto a nuestra experiencia, el Espíritu tendrá plena libertad para actuar por medio de nosotros, conduciéndonos a realizar la voluntad de Dios .
Cada uno de nosotros somos siervos del Señor y miembros de Su Cuerpo (Ro 12:5). En este único Cuerpo hay sólo una Cabeza: nuestro amado Señor Jesús (Ef 1:22). Todos aquellos que fueron regenerados por la fe en Jesucristo son miembros del Cuerpo de Cristo. En el pasado, intentábamos convencer a los otros de nuestros puntos de vista, en cambio hoy, el Señor nos ha despertado para practicar el amor, para recibirnos los unos a los otros y ayudarnos mutuamente, edificando el Cuerpo de Cristo en unidad, armonía y paz. Así, por la gracia divina, innumerables hijos de Dios, que antes estaban divididos por sus doctrinas y prácticas, hoy están aprendiendo a servir al Señor en coordinación.
Dios no desea que seamos “super-obreros”, con una capacidad extraordinaria de hacer las cosas para El. Al contrario, Él requiere que tengamos un corazón dispuesto a ser trabajado por el Espíritu, que se humille ante Su presencia, reconozca que necesita a otros y declara total dependencia a Él. Así como el Señor es sencillo, Él desea que nosotros también lo seamos para ser Sus siervos.
Punto clave: No imponer nuestras opiniones sobre los otros sino mantener la unidad
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Qué debemos hacer para evitar conflictos con aquellos a quienes servimos?